Luis Barragán: Ciudadanizar al estado

Luis Barragán: Ciudadanizar al estado

Luis Barragán @LuisBarraganJ

No hay dependencia oficial alguna capaz de albergar confortablemente a los ciudadanos que demandan sus servicios, por modestos que fueren. Contrastando con el despacho de los más altos, el resto de los funcionarios ha de conformarse con espacios estrechos y apenas limpios, pues, así como deben llevar sus propios útiles de oficina, asimismo deben hacerlo con detergentes y desinfectantes.

A pesar de los intentos de automatización, frecuentemente fallidos en razón de la gran brecha digital que nos caracteriza, obtener un preciado documento, una cédula catastral u otra de identidad, a modo de ilustración, significa hacer grandes colas. Y en el caso venezolano, vivir en carne propia la anomia que nos aqueja, significa soportar precisamente a los coleados que se imponen por la fuerza, creyéndose muy avispados, o por la delicadeza del pago de una comisión que los aventaje. No obstante, hay escenas que nos sorprenden extraordinariamente, como el área externa de la sede central del SAIME.





 

En las adyacencias, la entidad exhibe una estructura de tubos con accesos numerados que parece más adecuada para el recibimiento y manejo del ganado que para la atención de las personas. Luce eficaz, porque no contuvo a ningún colista ya para las diez y tantos de la mañana, hora en la que pasamos por ahí un día viernes.

Aparentemente, ha remediado la situación de anarquía difícilmente administrada por los elementos de la Guardia Nacional y del personal civil, pero la creemos una solución inaceptable porque la ciudadanía paga altos y sostenidos impuestos para una mejor atención y calidad del servicio, fundada en el respeto y la consideración. Lo peor es que la estructura, vecina al Teatro Municipal que ha estado en una perpetua remodelación por los últimos tiempos, afea un sitio que todavía expone los rasgos de un pasado ya remoto de grandes esplendores.

El lector podrá citar numerosos casos parecidos de irrespeto al que siempre espera una respuesta documental del Estado, ni modo, pacientemente. Necesarísimo, hay que ciudadanizar al Estado.