Marcos Hernández López: El futuro político y democrático de Venezuela

Marcos Hernández López: El futuro político y democrático de Venezuela

Marcon Hernández López @Herconsultores

¿Cómo se combate la desesperanza? Con esperanza. Es lo que comienza a abrirse paso en la oposición venezolana. La solución siempre ha estado allí, pero hay que asimilarla para que conduzca a la imprescindible unidad. Es la esperanza democrática la que puede aparcar las legítimas ambiciones personales por el bien superior del país.

Para los estudiosos de las ciencias políticas, “la dolorosa realidad autoritaria de la Venezuela actual debe ser aprendida. Necesitamos partidos que afronten con éxito la construcción de una nueva democracia, coadyuvando al fortalecimiento de su legitimidad, sin olvidar que son su condición necesaria, pero no suficiente. Dependerá ello de la forma en que engarcen sus relaciones con las organizaciones de la sociedad civil, así como de su aptitud para canalizar, como entes representativos que deben ser, el amplio abanico de intereses en que se expresa la comunidad a la que a fin de cuentas deberían servir”. El sistema democrático venezolano presenta sombras que se derivan de la situación de crisis en que se encuentra durante las últimas décadas, consecuencia precisamente de su propio funcionamiento y de la influencia de determinados factores exógenos que han contribuido a un alejamiento de las instituciones con respecto a una sociedad en constante transformación. 

Si hacemos una comprensión sobre la etimología de la palabra futuro, es evidente que Maduro no la conoce o de manera inducida no la quiere conocer, se revela en su conducta, en sus decisiones, discursos, más cuando agota todos sus esfuerzos en imponer su voluntad muchas veces irracional por encima del sentido común, es decir, imponerla a toda costa, sin importar la descalificación inmediata en diversos temas que tienen mucha trascendencia para el bienestar del país. Maduro y sus colaboradores inmediatos construyen todo un entramado socio histórico que apunta que después de su gestión vendría la nada o el caos. Pero, Maduro, está atrapado en su propio laberinto; no busca salidas a las problemáticas existente derivándose un desperdicio para todos los venezolanos, que bajo su conducción del país, perdimos la posibilidad de convertir una Venezuela apuntalada con todos sus recursos en una potencia y no de slogan, la realidad lo que convoca es una verdadera reflexión sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro inmediato… Maduro vestido de militar busca mayor respeto y se mueve discretamente convencido que está en guerra, sólo eso entiende. 





En su complicación ante la realidad Nicolás Maduro se mueve nacional e internacionalmente en busca aliados y explora continuamente la activación del diálogo o diálogos inducidos, renunciando a ver el “bosque” de la crisis económica y política que transita el país…lo grave, el futuro del país está incierto, el futuro existe, Maduro finge miopía, esta ceguera perturba su lógica al momento de intentar hacer una comprensión final, percibiendo la naturaleza de la magnitud de la crisis país.

Existen diversas premisas del desastre económico de Socialismo Siglo XXI, además hay toda la acumulación de contradicciones innecesarias y arrogancias ha creado toda una situación insostenible para el heredero de Chávez. Sus niveles de popularidad se mueven en menos 16%, según nuestros de estudios de opinión nacional 8 de cada 10 venezolanos no lo toleran o se burlan de sus narrativas e incapacidad. Un significativo capital político Chavista sabe Maduro ha hundido al país. Varios dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela y movimientos revolucionarios lo consideran incapaz de salvar el legado del “comandante eterno”. Sin embargo, haciendo una aprehensión de los muchos análisis sobre los resultados y posturas de la oposición queda revelado la oposición venezolana dio como un hecho que el desastre en lo económico y la compleja crisis humanitaria conducirían a fuertes protestas en las calles, y más con las sanciones y el bloqueo económico por parte de Estados Unidos, posibilitarían un inminente cambio político. No obstante, esto no solo no ha ocurrido, sino que la oposición se encuentra debilitada, dividida, mientras el gobierno de Maduro ha logrado sobrevivir adaptándose a una de las peores crisis de la historia venezolana mediante la el modelo económico “liberalización” de la economía y el fortalecimiento del control social.

Nicolás pareciera está resuelto a que el país se entierre junto con su proyecto revolucionario. Es axiomático, por ahora Maduro no se muestra dispuesto a negociar nada que complique su existencialismo en el poder y seguirá aferrado a su sueño del Estado Comunal. Sus manifestaciones son tangibles, está convencido a no ceder a las presiones internacionales y menos nacionales para que se abra los espacios de cambios necesarios, los máximos dirigentes rojos repiten en sus discursos que la revolución no esta tan mal como dicen los enemigos políticos de la oposición G4 y sus aliados, por ejemplo, la guerra económica y la ayuda humanitaria, se tratan de problemas inducidos, es parte de una estrategia para desmontar el régimen Nicolás Maduro. Es incuestionable, que las diferentes narrativas de los máximos voceros del gobierno se apoyan en la psicología inversa, que sólo modela una mixtura de cinismo irritante, aproximado a lo patológico del discurso. Este gobierno muestra una rudeza en sus acciones políticas; Maduro y su gobierno bajo ese enfoque pragmático no tiene futuro, la contradicción es que condena que sus ciudadanos reclamen y luchen por un futuro mejor para Venezuela… según la historia, según la situación actual no hay otro camino de lucha democrática.

Desde el punto de vista democrático, persiste una gran lucha por unas elecciones democráticas libres. Por ello respaldamos el intento de negociación y acuerdo que se pueda dar en cualquier parte del mundo. El gobierno siempre ha pateado, siempre se ha burlado de las negociaciones. El final de túnel tiene un horizonte, el 2024. Se está caminando en la dirección de presentar una candidatura única de la oposición para construir una oportunidad como pueblo de derrotar esta realidad de ignominia y a la autocracia gobernante que quiere quedarse allí de manera ilegítima. Hay una esperanza, la confianza de salir de ellos democráticamente, con el voto, la pelea es votando.

Marcos Hernández López – presidente de Hercon Consultores

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