Una playa desierta que podría ser el lugar ideal para relajarse. La brisa que trae el movimiento de las olas. El olor a mar. La calma como protagonista. Pero los arbustos que separan la arena de la ruta escondían los restos de los cuerpos de varias mujeres: las “cuatro de Gilgo”.
Por Clarín
El 11 y 13 de diciembre de 2010, la policía encontró los restos en Gilgo Beach, a 80 kilómetros al este de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Pero no fueron los únicos. Había en total nueve cadáveres de mujeres, un hombre y un niño.
Sin embargo, cuatro cuerpos reunieron demasiadas similitudes. Maureen Brainard-Barnes (25), Melissa Barthelemy (24), Megan Waterman (22) y Amber Lynn Costello (27) fueron las víctimas.
Las cuatro eran de contextura pequeña y venían de afuera de la ciudad para ejercer la prostitución. Sus cuerpos estaban enterrados en lugares y de formas parecidas, envueltos en un material tipo arpillera. Estaban atados, con cinturones o cinta adhesiva.
Ya la costa sur de Long Island era conocida por misteriosos crímenes que se cometieron a finales de los ’80 y principios de los ’90. Pero nadie daba con los culpables de los “cuatro de Gilgo”. Pasaron más de 12 años desde que los restos de las cuatro jóvenes fueron hallados y se detuvo a un sospechoso. El caso inspiró la película de Netflix “Lost Girls” (Chicas Perdidas), de 2020.
Lea más en Clarín