Daniel Sancho: los detalles inéditos de venganza, dinero, sexo y muerte revelados por la policía de Tailandia

Daniel Sancho: los detalles inéditos de venganza, dinero, sexo y muerte revelados por la policía de Tailandia

Daniel Sancho, a disposición judicial tras declararse culpable por desmembrar a cirujano colombiano

 

 

 





Un turbulento desamor está detrás de la maquiavélica trama del cruel asesinato del médico Edwin Arrieta en Tailandia. Poco a poco, los detalles que se han revelado han ido llenando los vacíos de una historia truculenta llena de venganza, dinero y sexo que llevó a Daniel Sancho, un joven español que parecía tenerlo todo en la vida, a cometer el pasado dos de agosto, el más abominable de los crímenes. Arrieta, un exitoso y querido cirujano plástico oriundo de Lorica (Córdoba), había llenado por meses las ambiciones y deseos del chef español, así lo reseñó la REVISTA SEMANA.

Juntos habían viajado por paradisiacos lugares, llenos de rumba y euforia, como la idílica isla de Ibiza, en medio de ciertos lujos. Esta semana se conoció, además, que el médico depositaba 25.000 euros mensuales en una cuenta que él podía usar a sus anchas desde España.

También se sabe que el colombiano le había ofrecido al joven de 29 años ayudarlo a montar su propio restaurante y ya le había dado 10.000 euros para eso. Los caminos de ambos se habían encontrado en Instagram, el año pasado, pero venían de orillas muy distintas.

El colombiano había sido criado con muchas necesidades y el enorme esfuerzo y amor de su familia.

Su papá arreglaba electrodomésticos y su mamá era profesora de escuela. Ambos lograron el sueño mayor de muchos padres, tener un hijo profesional, en su caso, médico.

Sancho, en cambio, había crecido en el privilegio, heredero de una familia legendaria, querida y admirada por sus papeles en la televisión española.

A pesar de haberlo tenido muy joven (su mamá tenía 18 años y su papá 19), los dos se volcaron a cuidarlo.

“Gracias por enseñarme a vivir, Papá”, escribió Daniel hace unos años. “Querido Rodolfo, en la vida hay que asumir las responsabilidades. La criatura no tiene culpa de nada, así que a trabajar y a cuidar al niño”, le habría dicho su padre, el gran Sancho Gracia, al saber que un nieto venía en camino, según reporta el diario El Mundo.

En una profesión muy apreciada, el cirujano plástico había logrado escalar a lo más alto. Le iba tan bien que pensaba comprar un apartamento en Madrid y abrir una clínica en la madre patria.

Mientras tanto, el joven trabajaba en algunos restaurantes en esa ciudad, especialmente en la empresa de catering La Boheme y en su hamburguesería en el madrileño barrio de Malasaña llamado Boggie.

Más detalles en la REVISTA SEMANA