Submarinos nucleares, drones iraníes y laboratorios de alta seguridad: los proyectos de Brasil que preocupan a la seguridad mundial

Submarinos nucleares, drones iraníes y laboratorios de alta seguridad: los proyectos de Brasil que preocupan a la seguridad mundial

El submarino “Riachuelo”, construido por el programa de desarrollo de submarinos (PROSUB), durante la ceremonia de inauguración en Itaguai el 14 de diciembre de 2018. (REUTERS/Pilar Olivares)

 

El OIEA y las autoridades brasileñas mantienen una discusión sobre el uso de uranio debido a preocupaciones sobre proliferación atómica. También hay atención sobre la posible compra de aviones no tripulados Shaed y el plan de construir un laboratorio de bioseguridad.

Por infobae.com





Nuevas tecnologías como submarinos nuclearesdrones kamikazes e incluso laboratorios de alta seguridad BSL4 ponen ahora a Brasil en el radar de las instituciones internacionales que velan por su buen uso.

En el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), órgano de la ONU que supervisa el uso de la energía nuclear en el mundo, existe preocupación por el comportamiento de Brasil.

En particular, el impasse es sobre el Programa Brasileño de Desarrollo de Submarinos (Prosub) que el país inició en 2008, durante el segundo mandato de Lula, a través de una cooperación tecnológica con Francia.

El programa prevé la construcción de cuatro submarinos convencionales diesel-eléctricos de la clase Scorpène producidos con tecnología francesa y un submarino de propulsión nuclear que debería estar listo en 2029. Este último, cuyo proyecto está en marcha desde 1978, es ahora objeto de una acalorada discusión entre el OIEA y las autoridades brasileñas en relación con el reactor nuclear para producir su combustible, es decir, uranio.

La hélice de un submarino Scorpene en la planta industrial de la empresa de defensa naval y constructora de barcos DCNS en La Montagne, cerca de Nantes, Francia (REUTERS/Stephane Mahe)
La hélice de un submarino Scorpene en la planta industrial de la empresa de defensa naval y constructora de barcos DCNS en La Montagne, cerca de Nantes, Francia (REUTERS/Stephane Mahe)

Lo preocupante es que no será Francia quien proporcione la tecnología a Brasil, que en su lugar ha creado una empresa estatal, la Nuclep.

El primer reactor atómico diseñado y construido en Brasil se está montando en el Centro Industrial Nuclear de Aramar, en Iperó, en el interior de San Pablo. El edificio que albergará los equipos – el llamado Bloque 40 – ya está listo y se espera que el reactor entre en funcionamiento en 2027.

Actualmente en el mundo, los países con submarinos nucleares son Estados UnidosRusiaReino UnidoFranciaChina India. Brasil quiere sumarse a la lista, según su Marina, para defender su territorio marítimo, apodado la “Amazonia Azul”, que abarca unos 3,6 millones de kilómetros cuadrados.

En junio de 2022, las autoridades brasileñas solicitaron oficialmente al OIEA el permiso para utilizar uranio enriquecido. Y aquí empezaron los problemas. Aunque Brasil no posee armas nucleares, es miembro del OIEA desde su creación en 1957 y también es signatario del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de 1970. Sin embargo, se ha negado a adherirse a los Protocolos Adicionales de 1997 que permiten controles más precisos y exhaustivos, firmados por 137 países y la Comunidad Europea de la Energía Atómica, Euratom.

“La ausencia de un Protocolo Adicional debe considerarse incompatible con que Brasil tenga un programa militar”, afirma Ian Stewart, experto británico en submarinos nucleares del James Martin Center (EEUU), en un texto publicado en el Bulletin of Atomic Scientists.

Con este submarino, Brasil se convertiría de hecho en el primer país del mundo que, sin ser una potencia nuclear, tiene un submarino militar propulsado por energía atómica mediante tecnología enteramente brasileña.

La diferencia con el caso de Australia, a menudo citado en la discusión, es que Australia se está equipando con un submarino nuclear sin ser una potencia nuclear, pero su submarino funciona con una tecnología enteramente francesa, ya bajo control del OIEA.

Preocupación por la proliferación nuclear

La particular situación de total autonomía de Brasil ha llevado el OIEA a solicitar a las autoridades brasileñas inspecciones equiparables a las que realiza en los países con armamento nuclear para evitar los riesgos de proliferación, que son de dos tipos. La proliferación horizontal es la propagación de armas nucleares a países que aún no las poseen, y la proliferación vertical que es el desarrollo de armas nucleares más sofisticadas por parte de países que ya las poseen.

Brasil, sin embargo, se niega a revelar al OIEA los datos de la “capacidad operativa” del submarino. Si quiere evitar las sanciones, se verá obligado a negociar junto con Argentina, ya que ambos países son miembros desde 1991 de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), que garantiza que el material atómico de los dos países no se utilice para construir armas nucleares.

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