Nelson Hernández: ¿Es hoy competitivo el petróleo venezolano?

Nelson Hernández: ¿Es hoy competitivo el petróleo venezolano?

La competitividad se define como la capacidad de poder suministrar un bien (producto o servicio) de una cierta calidad a un precio menor que el competidor. Conseguir ese precio está asociado a un conjunto de parámetros o factores que tienen características disímiles pero que la sumatoria de esas características individuales dan origen a la competitividad integral del bien o servicio.

Por ejemplo, si una empresa suministra un bien al mismo precio que la competencia, pero genera una mayor satisfacción en los consumidores, eso indica que la empresa tiene mayor competitividad. En tal sentido, la organización (incluyendo una región o país) con mayor competitividad irá ganando cuotas de mercado a expensas de empresas menos competitivas, si no existen deficiencias de mercado que lo impidan.

En lo atinente al petróleo, hoy el commodity más importante en los mercados financieros y económicos, su precio está asociado a diversos factores como los costos de producción, los impuestos (government take), la oferta y la demanda, los conflictos geopolíticos, los desastres naturales y las políticas gubernamentales.





Government take: Es la participación del gobierno en el flujo de recursos asociado a un proyecto específico, normalmente expresado en términos porcentuales. En otras palabras, corresponde al precio que los inversionistas están dispuestos a ofrecer para obtener acceso exclusivo a los contratos de áreas de exploración, desarrollo y producción de petróleo y gas. Dicho ‘precio’ es determinado por las fuerzas del mercado a través de: i) la oferta de concesiones y áreas de contrato por los gobiernos y ii) la demanda por concesiones y áreas de contrato por parte de las empresas.

En tal sentido, la competitividad en petróleo se refiere a la capacidad de una empresa o país para desarrollar ventajas competitivas en la producción, comercialización y exportación de petróleo y sus derivados. Esto implica tener una infraestructura adecuada, recursos y tecnología avanzada, y un marco regulatorio favorable, entre otros factores. A mayor  competitividad mayor posición destacada en el mercado global del petróleo y por ende mejores resultados económicos.

El costo de producción y los impuestos del petróleo son factores importantes que se consideran en la competitividad del sector petrolero. Una empresa o país que tenga costos de producción más bajos y una carga tributaria más favorable tiene una ventaja competitiva sobre sus competidores. Sin embargo, también es importante tener en cuenta otros factores, como la calidad del petróleo producido, la infraestructura disponible, la tecnología utilizada y la regulación del mercado, entre otros. En resumen, la competitividad en el sector petrolero depende de una combinación de factores que influyen en la capacidad de una empresa o país para producir y comercializar petróleo de manera eficiente y rentable.

Para efecto de determinar la competitividad actual del petróleo venezolano, se ha tomado lo siguiente:

– Ocho (8) países representativos del universo petrolero, que contienen 1287 GB de reservas, equivalente al 74 % del total mundial

– Los tres (3) primeros productores mundiales de petróleo

– Cinco (5) países pertenecientes a la OPEP

– Los dos (2) países con mayores reservas de petróleo

– Dos (2) países que explotan petróleos extrapesados

La data a graficar para determinar la competitividad es: en el eje de las ordenadas el costo de producción y los impuestos, ambos expresados en $/B y en el eje de las abscisas las reservas acumuladas de esos 8 países, todo dentro de un gráfico tipo Meko. Los resultados se muestran en las gráficas a continuación.

 

 

El gráfico de la competitividad en el costo de producción, indica que Venezuela no es competitiva con respecto a 5 países que poseen un volumen de reservas de 780 GB (45 % del total mundial). Más aún, 4 países presentan precios por debajo de la mitad del costo de producción de Venezuela. En este sentido, disminuir el costo de producción de Venezuela, se hace cuesta arriba. Pero alcanzando un costo de 4 $/B, sigue siendo no competitivo con 4 países que poseen 709 GB, equivalente al 41 % del total mundial. Es de aclarar que ese costo de Venezuela, obedece principalmente a características intrínsecas: La productividad de los pozos, en promedio de 200 BD; la madurez de los yacimientos (excluyen los extrapesados), donde el 90 %  tienen más de 60 años bajo explotación.

El gráfico a continuación, se refiere a la competitividad en cuanto a los impuestos en que deben pagar los explotadores de petróleo al gobierno (government take). Exceptuando a Nigeria, el impuesto en Venezuela es el mayor dentro de los países bajo estudio. En otras palabras, Venezuela no es competitiva en cuanto a los impuestos aplicados a la industria petrolera. 983 GB (57 % del total mundial), son más competitivos que las reservas venezolanas de petróleo. En este caso, Venezuela si puede hacerse más competitivo, con el solo hecho de modificar hacia la baja los impuestos y la regalía. Lógicamente, el Estado recibiría menos ingresos, en un principio, pero permitiría mayores inversiones para producir más petróleo que compensarían la baja de ingresos con una mayor producción.

 

 

La gráfica anterior muestra la combinación del costo de producción y los impuestos. De los países en estudio, solo Nigeria (29 $/B) es superior  a Venezuela que se sitúa en 27.6 $/B. En Venezuela el government take está compuesto principalmente por: Regalías del 33 %, Impuesto sobre la renta de 50 %, contribuciones especiales, participación en precios altos del petróleo, entre otros. Una reducción del 50 % del total de impuestos, pondría a Venezuela en un nivel de 18 $/B, muy similar al nivel de Rusia, y por debajo de USA, Nigeria y Canadá. 

Como corolario podemos indicar que la vía expedita para obtener una mayor competitividad de la industria de los hidrocarburos venezolana es modificar hacia la baja los impuestos (government take). Esta acción les proporciona mayor  interés a los inversionistas al rendirles mayores beneficios sobre lo invertido.

El cambio de paradigma es: 

Permitirle a los inversionistas un mayor beneficio, implica mayores inversiones, y por ende mayores beneficios al Estado. Lo contrario, es frenar las inversiones que es lo que ha sucedido en Venezuela en los últimos 20 años

ANEXO: Gráficas complementarias

 

 


 

Nelson Hernández es ingeniero energista @energia21 y Académico de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela