Por qué China sufre una debilidad económica a largo plazo, y cuál será su impacto en América Latina

Por qué China sufre una debilidad económica a largo plazo, y cuál será su impacto en América Latina

Imagen de archivo de la sede central del Banco Popular de China, en Pekín, China. 30 agosto 2010 (REUTERS/Jason Lee)

 

 

 





 

En julio de 2023, los datos mostraron que las exportaciones de la República Popular China (RPC) cayeron un 14,5% sin precedentes, mientras que las importaciones cayeron un 12,4%, el peor desempeño desde febrero de 2020. Las malas noticias fueron seguidas por un desempeño peor de lo esperado para la producción industrial china, que aumentó solo un 3,7 % en julio con respecto al año anterior, así como por el sector minorista, que se expandió en un mediocre 2,5 %, el aumento más pequeño desde diciembre de 2022.

Evan Ellis // INFOBAE

Mientras tanto, el desempleo juvenil chino, estimado en un 21,3 %, fue tal que el régimen encontró una razón “metodológica” para no publicar el número. Como reflejo de tan malas noticias, el índice bursátil Hang Seng de Hong Kong ha bajado un 20% desde enero.

Aún más preocupante, el mercado de la vivienda de China está mostrando signos de estancamiento, con las principales empresas del sector, incluido el desarrollador inmobiliario Country Garden y el gigante bancario en la sombra Zhongrong, que no realizan pagos. El 18 de agosto de 2023, el importante desarrollador Evergrande, con sede en la República Popular China, cuyos propios problemas se han desarrollado durante el año pasado, se declaró formalmente en bancarrota en Nueva York.

Un factor clave en cada uno de estos gigantes chinos en dificultades es la deflación de la burbuja de precios inmobiliarios del país, que afecta gravemente no solo a las grandes empresas, sino que frena el gasto de los consumidores, ya que se estima que entre el 70% y el 80% de la riqueza de los hogares de los chinos comunes están atados, están cayendo, con efectos dominó en la disposición de los consumidores chinos, ya traumatizados por tres años de políticas de “Covid cero”, para gastar dinero. Como complemento a la situación de los consumidores chinos, los gobiernos locales de todo el país se encuentran en estados profundos de crisis financiera, habiendo pedido prestado en exceso e incurrido en participaciones financieras cuestionables incluso antes de la pandemia, ahora cargados con una deuda estimada de USD 10 billones. En general, la deuda china ahora supera el 300% de su PIB, el 15% de toda la deuda a nivel mundial.

El Banco Popular de China respondió inicialmente a las crecientes malas noticias económicas con una modesta reducción de 10 puntos básicos al 3,55 % en su tasa de interés preferencial a un año, que muchos esperaban que fuera insuficiente.

En el contexto de tales problemas que se refuerzan mutuamente, muchos analistas occidentales no esperan que la República Popular China alcance su ya modesto objetivo de crecimiento del 5,5 % para 2023, y la respetada empresa Barclays pronostica una tasa de crecimiento de solo el 4,5 %, aunque incluso un rendimiento tan deslucido sería mejor que la tasa de crecimiento del 3% en 2022, debido en gran parte al duro bloqueo de Covid-19 del régimen de la República Popular China.

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