Los motivos que limaron la invulnerabilidad de Luis Rubiales al frente del fútbol español

Los motivos que limaron la invulnerabilidad de Luis Rubiales al frente del fútbol español

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, durante la ceremonia de campeón. REUTERS/Juan Medina

 

 

El dirigente fue suspendido provisionalmente por el presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional.





Por infobae.com

Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) todo se le vino encima demasiado rápido. El miércoles pasado pensaba festejar su cumpleaños 46 por todo lo alto, pero debió recluirse en el predio de la Ciudad del Futbol en Las Rozas, sede de la RFEF, en las afueras de Madrid estudiando la mejor forma de presentar su dimisión en la Asamblea de este viernes tras el beso no consentido a Jenni Hermoso en la ceremonia del título mundial de la selección española en Australia, y a lo que se sumó el descubrimiento de un gesto obsceno en el palco de autoridades durante la final, en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía, o el haber cargado en sus hombros a la jugadora Athenea Castillo, como si fuera una bolsa de papas en el mismo festejo del título en el Mundial de Australia.

El beso no consentido de Rubiales a Hermoso generó un enorme malestar en la política española, y si el ministro de Cultura y Deportes, Miguel Iceta, exigió una rectificación inmediata del dirigente, o el presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se manifestó disconforme con el video de precarias disculpas al considerar que debe dar mayores explicaciones, ya la vicepresidente Yolanda Díaz llegó hasta el pedido de dimisión.

Si ya se encontraba complicado cuando se viralizó el beso no consentido a Hermoso, se fue quedando cada vez más solo cuando primero tanto la jugadora como el entrenador Jorge Vilda -a quien Rubiales sostuvo contra viento y marea cuando quince jugadoras se alejaron de la selección por disidencia con su método de trabajo y su trato- se negaron a formar parte del video de pedido público de disculpas, durante el viaje de regreso, con escala en Qatar, sino luego cuando ya Hermoso volvió sobre el tema a través de su sindicato, Futpro, por el que pedía a la Federación Española “medidas ejemplares” y ya luego la FIFA anunció la apertura de un expediente disciplinario que podría derivar hasta en su inhabilitación.

De allí en más, el efecto dominó sobre Rubiales fue tal que las denuncias alcanzaron al Consejo Superior del Deporte, que entonces amenazaba con llevar el caso al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), con una amplia posibilidad de una inhabilitación para el cargo.

Por si fuera poco, todo lo ocurrido con Hermoso, en lo que ya es considerado un “Me Too” del fútbol español, ahora aparece en el archivo de los medios y de la dirigencia deportiva una acusación de la entonces directora de Marketing de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) -el sindicato de futbolistas, que alguna vez presidió-, Tamara Ramos, por presunto acoso y humillación y no fue casualidad que ahora dijera que “no me sorprende en absoluto más que nada porque lo conozco desde hace muchísimos años y lo he sufrido. Lo que si me extrañó es que lo hiciera en público”.

“He sufrido humillaciones, golpes y palabras que no puedo repetir por parte de Rubiales -siguió Ramos, nerviosa, en el programa televisivo “La mañana del verano”-. Fue una barbaridad durante mucho tiempo”, y especificó que “delante de todos, con la sorna que tiene de reírse, me decía ‘venga, ve, que has venido a ponerte las rodilleras’ o me preguntó ‘de qué color traes hoy la ropa interior’ y son palabras que nadie merece porque yo era una profesional y lo que estaba haciendo era trabajar”.

Ramos, pese a tener dos bebés en aquel momento y a la relación de poder que existía con Rubiales, no dudó en acudir a la Justicia. “Lo pasé fatal. Me costó mucho hacerlo. Le pedí una rescisión de contrato. Él no quiso. Me dijo que si me iba no me daban ni el paro (el seguro por despido) y entonces lo tuve que demandar”, para finalizar diciendo que “ahora es más fácil que me crean porque se ha visto lo que es. Tiene un muy buen discurso. Siempre tiene mucha demagogia y es muy difícil que siendo mujer me hubiesen creído”.

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. RFEF/Handout via REUTERS
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. RFEF/Handout via REUTERS

La salida de la RFEF le implicará al actual presidente dejar de percibir un salario anual de cerca de 700.000 euros, sumados a ayudas para la vivienda de otros 3000 euros al mes. En 2022, en concreto, llegó a cobrar 675.761,87 euros brutos (371.669, 03 euros netos), 41.000 euros más que en 2021, y otros 36.000 euros anuales de ayuda para la vivienda, aunque para él, no era para tanto: “el presidente de la RFEF es de los que menos ganan tanto cuantitativa como profesionalmente”, se defendió en una ocasión.

Terminan así cinco años de la presidencia de Rubiales, que parecía que llegaba a la cima el pasado domingo con el tercer título mundial de las selecciones femeninas tras los éxitos de la sub-17 y la sub-20, y que, entre otras cosas, reunía como balance positivo la encarrilada candidatura mundialista de España para 2030 junto a Portugal y Marruecos, o el crecimiento económico de la Federación, con unos calculados 300 millones de euros de ingresos.

Rubiales parecía que comenzaba con firmeza su mandato el 17 de mayo de 2018, cuando horas antes de iniciarse el Mundial de Rusia destituyó a Julen Lopetegui como entrenador de la selección española -reemplazándolo por Fernando Hierro– al enterarse de que tras el torneo se haría cargo del Real Madrid, con el que tenía un contrato firmado según lo anunciara el presidente blanco, Florentino Pérez, pero su gestión se fue deshilachando debido a varios escándalos y una muy tensa relación con el presidente de la Liga Española, Javier Tebas, que hasta necesitó en más de una ocasión de la mediación del Consejo Superior de Deportes estatal.

El presidente de la RFEF -nacido en Las Palmas de Gran Canaria, hijo de padre docente y militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y madre peluquera- venía entusiasmando al mundo del fútbol español, al que llegaba como expresión de una renovación tras vencer en las elecciones a Juan Larrea por 80-56 en lo que significaba el fin del denominado “Villarato”, el ciclo de 29 años como titular de la institución del considerado “hermano mellizo” de Julio Grondona del otro lado del océano Atlántico, destituido por asuntos de corrupción y que llegó a colocar a su hijo Gorka en la Conmebol.

Para muchos, la figura de Rubiales resultaba simpática luego de que su pasión por el fútbol lo llevara primero a ser jugador profesional entre 1997 y 2009 y que asomó al sindicalismo en 2008, cuando lideró una huelga de su equipo, el Levante, por deudas de los dirigentes justo antes de un partido ante el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, que pudo levantarse porque apareció el dinero en la última hora. Eso le valió la llegada a la presidencia de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el gremio de los futbolistas de su país.

Sin embargo, poco a poco fueron sumándose los escándalos, como llevar la Supercopa de España a Arabia Saudita, país en el que las mujeres están relegadas y es cuestionado por los organismos de Derechos Humanos, o la participación del entonces futbolista Gerard Piqué, como intermediario con su empresa “Kosmos”, en las negociaciones con participación conjunta, por la que el jugador percibió 24 millones de euros en comisiones, y todo se potenció con la difusión de un diálogo telefónico entre ambos en el que se plantean estos y otros temas. Estos audios fueron conocidos como “Supercopa Files”.

Lea nota completa Aquí