Baldomero Vázquez: ¿Qué quedó de la “especificidad de la Democracia Cristiana”?

Baldomero Vázquez: ¿Qué quedó de la “especificidad de la Democracia Cristiana”?

Nos acercamos a este importante tema desde una perspectiva alineada con la idea de que la política es autónoma con respecto a otras esferas que integran el heterogéneo mundo social en las democracias: la económica la religiosa, la jurídica, etc. Se ha constatado, una y otra vez, que ninguna de ellas explica, ni determina, los hechos políticos y que sus injerencias para controlarlos, o manipularlos, han culminado en fracaso.

Doctrina Social de la Iglesia y Partidos Demócrata-Cristianos

 Una de las ultimas intrusiones, hoy agotada, fue la injerencia religiosa en política que por muchas décadas se llevó a cabo a través de los Partidos Demócrata-Cristianos (PDC), los cuales nacieron el siglo pasado con la finalidad de materializar en la política terrenal, mundana, la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Los principios de dicha doctrina habían sido expuestos por el Papa LEON XIII en 1891 en la primera encíclica social de la Iglesia católica: RERUM NOVARUM (¨De los cambios políticos¨).





El partido demócrata-cristiano italiano, de la mano de su líder Alcide De Gasperi, fue el primero y el más importante del mundo. Nació en 1943, gobernó 51 años y desapareció en 1994 en medio de divisiones sin dejar rastro. Algo parecido ocurrió con el PDC chileno fundado en 1957 y el más importante de América Latina. Llevó en 1964 a la presidencia por primera vez en América Latina a un demócrata-cristiano, su líder Eduardo Frei. Hoy está fragmentado y moribundo.

Nacimiento en Venezuela de COPEI

 En nuestro país, la DSI cristalizó en 1946 en el partido demócrata-cristiano COPEI. Su ideólogo y fundador fue Rafael Caldera que alcanzó la presidencia en 1968. A Rómulo Betancourt, fundador de AD (1941), y a Rafael Caldera, con razón se les considera los Actores Políticos (Hombres Públicos, Hombres Históricos) fundadores de la democracia bipartidista venezolana que perduró de 1958 a 1993.

Rafael Caldera: enterrador del bipartidismo

 Rafael Caldera, sorprendentemente, al ser electo presidente por segunda vez en 1993 se convirtió en el enterrador del bipartidismo, pues fue candidato de su nuevo partido CONVERGENCIA (una división de COPEI). En otras palabras, fue el primer presidente del post-bipartidismo. Pero nuestro interés sobre él como actor político no va hacia adelante en el tiempo, sino hacia atrás.

  “Especificidad de la Democracia Cristiana”

En 1966-1967 Caldera dictó unas conferencias en el instituto de formación demócrata-cristiano (IFEDEC), las cuales dieron origen a un pequeño libro titulado: ¨Especificidad de la Democracia Cristiana¨. El objetivo explícito del autor era ofrecer: ¨una exposición clara y sencilla de los aspectos que dan a la Democracia Cristiana identidad propia y específica¨.

Pero, cuidado con la palabra “pequeño”. Con ella nos referimos a su número de páginas, ya que la temática que desarrolla tenía la pretensión de posicionar a la Democracia Cristiana como la alternativa frente a las dos principales corrientes ideológicas mundiales de la época: el totalitarismo comunista y el liberalismo económico. En el campo ideológico fue, a nuestro juicio, el libro de mayor alcance de un autor venezolano.

El precio de volver a ser presidente: enterrar al Caldera doctrinario y líder de la Democracia Cristiana venezolana

 Caldera define a los partidos demócrata-cristianos como partidos democráticos en la página 81 del libro. Por su relevancia copiamos el texto:

¨ DEMOCRACIA INTERNA

El carácter democrático de los partidos demócrata-cristianos exige el funcionamiento de la democracia interna, porque estos no pueden ser partidos de naturaleza caudillista. Son partidos doctrinarios que tratan de emitir un mensaje que no se agota en el esplendor de una determinada figura política. ¨

Entonces habría que ir al año 1987 para ubicar el momento en el que Calderas decidió no respetar la democracia interna porque COPEI sólo podría existir bajo el esplendor de su figura política. Fue aquel año, no en 1993, tras su derrota en el congreso de COPEI que eligió a Eduardo Fernández (67%) candidato presidencial que Caldera decidió renegar de la democracia interna y no acatar la decisión de la mayoría pronunciando su famosa frase ¨Paso a la reserva¨.

Un azar del destino, el golpe militar del 4/Feb/1992, le brindaría la oportunidad del volver de nuevo al estrellato público. La aprovechó pronunciando su discurso en el Congreso criticando a la democracia porque ¨no daba de comer¨, con lo cual legitimó indirectamente el golpe.

Caldera terminó su periodo y entregó la presidencia, en 1998, a Hugo Chávez. Éste al ganar las elecciones, convocó una Constituyente que acabó con la Constitución de 1961, de la cual Caldera había sido uno de los principales redactores.

En aquel momento, ¿qué quedó de la “especificidad de la democracia cristiana¨?

¡NADA!

Caldera desapareció de la escena política. Y los partidos de inspiración demócrata-cristiana COPEI y CONVERGENCIA obtuvieron un apoyo electoral de un digito, muy lejano del 40.08% que había obtenido COPEI en 1988.