Lech Walesa cumple 80 años: luces y sombras en la vida del hombre que hizo caer el primer ladrillo del Muro de Berlín

Lech Walesa cumple 80 años: luces y sombras en la vida del hombre que hizo caer el primer ladrillo del Muro de Berlín

Lech Walesa fue Premio Nobel de la Paz en 1983 y presidente de Polonia entre 1990 y 1995, aunque investigaciones recientes sugieren que entre 1970 y 1979 fue colaborador de los servicios secretos polacos (Chuck Fishman/Getty Images)

 

“Los polacos no aceptábamos el sistema comunista y nos rebelamos primero en 1956 y luego en 1970. Del comunismo, a los escritores les molestaba la censura, a los profesionales sus pocas posibilidades de desarrollo y a los trabajadores el bajo salario que cobrábamos. Yo tuve a cargo la huelga de 1970, que perdimos. Los siguientes diez años, tanto en la fábrica como cuando me echaron o en la cárcel, me preguntaba qué había hecho mal. Entonces, sucedió algo inesperado: un polaco es elegido papa. El papa despertó a Polonia y nosotros lo aprovechamos”, dijo alguna vez Lech Walesa.

Por infobae.com





Desde una perspectiva histórica, los grandes cambios sociales no pueden adjudicarse a una sola persona, sino a la confluencia de condiciones objetivas y subjetivas que los provocan. Aún así, en esos momentos aparecen protagonistas que se distinguen y los conducen, a los cuales, muchas veces, se los adjudica.

Por eso es imposible afirmar que el electricista polaco Lech Walesa -que hoy cumple 80 años- haya provocado la caída del comunismo en Polonia y mucho menos el derrumbe del Muro de Berlín, erigido como símbolo material de la división de un mundo bipolar, pero sí puede decirse que quitó el primer ladrillo.

Y que pudo hacerlo cuando un polaco y anticomunista como él, Karol Wojtyla, fue elegido papa y eligió llamarse Juan Pablo II. “Yo llevaba veinte años de activismo y tenía cuarenta colaboradores, después tuve cuarenta mil. Al año siguiente de la visita del papa a Polonia llegamos a diez millones de afiliados sobre doce millones de trabajadores”, reconoció Walesa.

El nombre de Walesa también está indisolublemente ligado al del sindicato no estatal que lideró, Solidaridad, que llevó a cabo la histórica huelga -algo impensado en la Polonia de 1980- que paralizó al astillero Lenin, en Gdansk, y puso en crisis al gobierno.

Su trayectoria personal y política está llena de luces y sombras. Premio Nobel de la Paz en 1983 y presidente de Polonia entre 1990 y 1995, investigaciones recientes sugieren que entre 1970 y 1979, cuando pasó a la oposición frontal contra el gobierno comunista, fue colaborador de los servicios secretos polacos.

También en los últimos años se lo ha cuestionado por sus posiciones abiertamente homofóbicas, que lo llevaron a sugerir que los diputados homosexuales no debían sentarse en sus bancas y a criticar las marchas por la diversidad sexual, porque “no quiero que esta minoría, con la que no estoy de acuerdo pero que tolero, se manifieste en la calle y haga girar la cabeza a mis hijos y nietos”.

Del campo al astillero

Lech Walesa nació el 29 de septiembre de 1943 en la pequeña localidad rural de Popowo, mientras su padre, Boleslaw, era prisionero de los nazis en la Polonia ocupada. De su madre, Feliksa, heredó un catolicismo practicante que nunca abandonó.

Después de hacer la escuela primaria se inscribió en una escuela de oficios de su pueblo, de donde egresó como técnico electricista. Por entonces, la relación con su madre se había deteriorado: siempre le cuestionaría que, tras la muerte de Boleslaw, Feliksa volviera a casarse y, para peor, con su tío.

En 1967, poco después de cumplir 24 años, decidió dejar su pueblo rural y buscar trabajo en Gdyna, pero nunca llegó. En una escala en Gdansk, donde bajó para conocer la ciudad, se encontró con un conocido que le dijo que estaban tomando operarios en los gigantescos astilleros Lenin, donde trabajaban más de 15.000 personas. Sus conocimientos de electricidad sirvieron para que lo tomaran de inmediato como técnico, con el legajo 61-878.

La compañía era uno de los orgullos del gobierno comunista polaco, que la ponía como ejemplo de trabajo ante el mundo, pero las condiciones de trabajo distaban de ser las mejores: diez horas diarias, seis días a la semana y con pésimas medidas de seguridad para los obreros.

En 1969 Walesa se casó con Danuta Go?o?, con quien tendría ocho hijos, y al año siguiente se incorporó a las luchas sindicales que bregaban por mejorar las condiciones de trabajo y los salarios en el astillero.

Fue miembro del comité ilegal de la huelga de 1970, que fue aplastado a sangre y fuego por la policía antidisturbios, con un saldo de cerca de 80 trabajadores muertos durante la represión. Walesa sobrevivió, pero fue detenido y condenado a un año de cárcel por “comportamiento antisocial”.

Lo volvieron a detener en 1979, cuando conducía, junto a Andrzej Gwiazda y Aleksander Hall, el movimiento clandestino llamado Sindicato Libre de Pomerania, y lo acusaron de desarrollar una organización “anti-estado”. Sin embargo, fue declarado inocente en el juicio y liberado a principios de 1980 con autorización para volver a trabajar en el astillero Lenin.

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