El lado más oscuro del modelaje webcam en Colombia: entre la explotación y el lujo

El lado más oscuro del modelaje webcam en Colombia: entre la explotación y el lujo

Se estima que hay 300.000 modelos webcams y unos 15 mil estudios en Colombia. Foto: eltiempo

 

Una persona que conocía abusó de mí. Yo me quedé callada porque me parecía demasiado denigrante tener que contar lo que había pasado… Recuerdo que, al decirle a mi mejor amiga, decidí ir a confrontarlo y lo que me dijo fue que yo por qué me quejaba, si me la pasaba poniendo fotos del culo en Internet. Una mujer así no era posible que se sintiera abusada, denigrada o violada”, contó Val*, una joven de 24 años que hace cinco empezó a trabajar como modelo webcam.

Por El Tiempo 





Esa situación le sucedió en 2021. Y el estigma, por trabajar en ese mundo, empezó a crecer entre los pocos quienes conocían su trabajo. Ella sentía que se minimizaba el dolor y la rabia que el abuso le había provocado.

Desde estudios a independiente, la joven ha construido una comunidad de más de 50 mil seguidores en sus cuentas públicas en una de las plataformas más populares de este tipo de contenido.

A pesar de su éxito en esa labor, es consciente del proceso que ha vivido desde los 19, cuando apenas ingresó en la industria y no pasaba de los 5 espectadores, con algunas quincenas que no llegaban a los 50 mil pesos colombianos o siquiera a los mil pesos.

“Cuando las chicas se ponen a recomendar el trabajo no recapitulan todo lo que les ha pasado”, comentó Val. A la joven, ese trabajo sexual le ha dejado huellas físicas y mentales. “He pasado por abusos, violaciones, por manes y nenas que se aprovechan, acoso laboral, suplantación de identidad, venta y publicación de contenido sin mi autorización, burlas y, de verdad, uno piensa: ¿vale la pena? Les venden la idea a muchas que ser modelo webcam las va a volver ‘millonarias’ y no es así”, expresó.

Val, desde joven, idealizó el concepto de lo que viviría gracias a las modelos estadounidenses que en ese momento estaban en auge, entró a un estudio webcam, pero no como modelo sino monitora. A los 19 años, aún tenía miedo de cómo podía reaccionar su familia.

Eso no duró mucho y, a los dos días, tras presiones de su jefe, empezó a trasmitir. Pensó que al igual que las grandes estrellas también recibiría 18 millones de pesos semanales en un trabajo que aparentemente era seguro. Pero no todo ha sido un beneficio. En realidad, son escasas las personas que logran sustentarse mediante la transmisión en línea.

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