Cada vez más personas han comenzado a incorporar prácticas de meditación en sus rutinas diarias. A pesar de que la ciencia aún tiene muchos misterios por resolver en cuanto a los alcances de sus beneficios, lo que es claro es que sabemos que puede contribuir a mejorar nuestro bienestar en diversas maneras.
Por larazon.es
La meditación comprende un conjunto de técnicas de concentración que a menudo involucran elementos de relajación, mindfulness (ser conscientes del entorno y el momento presentes) y neutralidad emocional.
Diversos estudios científicos han llegado a la conclusión de que la práctica de la meditación puede tener efectos beneficiosos en el manejo de trastornos psicológicos, como el trastorno depresivo o los trastornos de pánico (incluyendo los trastornos de ansiedad).
De manera similar, se han publicado investigaciones que han determinado que la meditación basada en el mindfulness puede contribuir a reducir la presión arterial en pacientes con condiciones médicas como hipertensión, diabetes o cáncer.
Otros beneficios confirmados de la meditación incluyen mejoras en la calidad del sueño, una mejora del control de los impulsos en personas con trastorno de uso de sustancias, una reducción de los síntomas del síndrome de estrés post-traumático, mejoras en la salud mental de pacientes con enfermedades graves como cáncer o efectos positivos en el control de los trastornos de la conducta alimentaria.
Por otro lado, la meditación no debe reemplazar enfoques específicos, como el uso de medicamentos, cambios en la dieta o programas de ejercicio físico cuando sean necesarios. Por lo tanto, es fundamental consultar siempre a un médico y seguir el tratamiento que este recomiende, incorporando la meditación de acuerdo a sus indicaciones.