Abogados de la exniñera de Laura Sarabia, piden a la Cidh que le otorgue medidas cautelares: El riesgo que vive es “inminente”

Abogados de la exniñera de Laura Sarabia, piden a la Cidh que le otorgue medidas cautelares: El riesgo que vive es “inminente”

Marelbys Meza ha vivido un calvario La acusaron de ser ladrona, la etiquetaron como miembro del temido Clan del Golfo, la han seguido y amenazaron a su familia – Foto: juan carlos sierra-semana

 

El caso de Marelbys Meza, la exniñera de Laura Sarabia que fue chuzada arbitrariamente y luego perseguida, llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Los abogados Iván Cancino y Victor Mosquera acaban de pedir en esa instancia que se le otorguen a la humilde mujer medidas cautelares.

Por semana.com





“La señora Marelbys Meza es una mujer de 51 años de edad, de origen humilde, que durante los últimos años de su vida se ha desempeñado como niñera y empleada doméstica de altos funcionarios del actual Gobierno de Colombia, llegando a ser una empleada de confianza”, cuentan los abogados en su petición.

Aseguran que en este momento la mujer está “frente a una grave situación que puede tener un serio impacto por acción u omisión sobre sus derechos protegidos a la vida e integridad personal, estableciéndose un escenario de irreparabilidad sobre sus derechos”.

La petición narra la historia completa de lo que ha vivido Marelbys. Cuenta cómo la mujer le contó a SEMANA el padecimiento que ha vivido desde que, cuando trabajaba como niñera en la casa de Laura Sarabia, se perdió una plata. Y que, producto de su testimonio, se produjo un tsunami que generó la caída de su exjefe del cargo que tenía y también del exembajador Armando Benedetti.

Detalla también que desde el robo en la casa de Sarabia, a Marelbys la llevaron sin orden judicial a un sótano frente a Casa de Nariño, la acusaron de ladrona, la amenazaron con llevarla a la cárcel —pese a que escondían el caso de la justicia y se lo tomaron por cuenta propia—, la incomunicaron y le dijeron falsedades, como que ellos podían allanar su casa y la de sus hermanos.

Y que luego, tras estallar ese escándalo, la Fiscalía dio a conocer que también la chuzaron y que para darle una apariencia de legalidad a ese procedimiento la hicieron pasar como una criminal del Clan del Golfo para que un juez autorizara oír su teléfono. “Alias la Cocinera”, le decían.

Era tan claro que ella no pertenecía a semejante organización criminal que el mismo investigador de la Dijín “pidió suspender la actividad porque no arrojaba información sobre el Clan del Golfo y se escuchaban conversaciones personales”.

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