Ramón Peña: Longevidad petrolera

Ramón Peña: Longevidad petrolera

La realidad ensombrece los buenos deseos climáticos. El informe del Stockholm Environment Institute reunido esta semana revela que la producción mundial de carbón se incrementará hasta 2030 y la de petróleo y gas natural por décadas más allá. Si la perforación por petróleo y gas en Estados Unidos, mantiene la tendencia actual, registrará en 2030 la mayor de su historia. Hacen otro tanto Arabia Saudita y Rusia.

Esta proyección contrasta con la meta del Acuerdo de París de 2015, de reducir el uso de combustibles fósiles para limitar el alza de temperatura global al fin del siglo a menos de dos grados Celsius, e idealmente a 1.5 grados, en relación a la era preindustrial. Pero la producción en esta década será el doble de la requerida para alcanzar ese objetivo. En consecuencia, ya se pronostica para 2040 un calentamiento superior a 1,5 grados.

Los 20 mayores productores, notablemente Arabia Saudita y Rusia, quienes de paso cuestionan que la acción humana sea instigadora del cambio climático, se escudan en que una reducción importante de la producción petrolera sería fuente de caos en el mercado energético mundial. Sobrada motivación tienen los saudíes: su corporación Aramco registró ganancias récord de US$161 mil millones en 2022.





Una muestra del actual oil rush se escenifica costa afuera de Guyana, en la fachada atlántica del Esequibo reclamado por Venezuela. Antes del fin de esta década el pequeño país doblará la producción venezolana. En este foco de atracción para grandes corporaciones, Chevron acaba de pagar US$53 mil millones a Hess Corp. por una parcela del bloque Stabroek, compartido con Exxon y China National Offshore Oil Corporation. Gracias a su boom petrolero, Guyana exhibe hoy la mayor tasa de crecimiento económico del planeta

Se alarga la expectativa de vida del petróleo en un festín copioso, del cual, la empobrecida dueña de la mayor reserva petrolera del planeta no está en condiciones de participar.