La historia del doble de Harry Potter y su amistad con Daniel Radcliffe

La historia del doble de Harry Potter y su amistad con Daniel Radcliffe

Daniel Radcliffe y David Holmes

 

 

Un documental cuenta la vida de David Holmes y el accidente en el set de “Harry Potter y las reliquias de la muerte” que lo cambió todo para él





Las películas de Harry Potter son mundialmente conocidas y forman parte del patrimonio cultural del siglo XXI. Basadas en las novelas de J.K. Rowling, estos largometrajes mantienen una popularidad que no decrece. El actor que las protagonizó, Daniel Radcliffe, le ha dado al personaje un rostro inmortal. Harry y Daniel crecieron juntos en los diez años que duró la franquicia del personaje. Pero además del protagonista, otras personas vivieron esa experiencia y también fueron parte de ese período de crecimiento en conjunto. El documental David Holmes: el niño que vivió (David Holmes: The Boy Who Lived) cuenta la historia de uno de ellos.

Por Infobae

David Holmes nació seis años antes que Daniel Radcliffe y desde pequeño, sus padres cuentan que no le tenía miedo a nada. Intrépido por naturaleza, se convirtió desde muy temprana edad en gimnasta. Su entrenador era doble de riesgo, por lo cual él quiso seguir ese camino. Su oportunidad llegó con el inicio de la saga de Harry Potter en el año 2001. De la misma forma que Daniel Radcliffe comenzaba su carrera de estrella allí, David Holmes iniciaría su trabajo como doble principal en Harry Potter y la piedra filosofal. Mientras que el actor era poco coordinado, su doble era todo lo contrario. Pronto se hicieron amigos y durante el resto de las películas trabajarían codo con codo.

Pero, como lo vemos desde el inicio del documental, un accidente en los ensayos del rodaje de Harry Potter y las reliquias de la muerte dejaría a David en silla de ruedas, sin sensibilidad alguna de la cintura para abajo. Era el final de la serie de películas y el punto culminante de la amistad de todo el equipo. Fue devastador para todos. El documental recupera ese proceso, el antes y el después, y consigue emocionar con una carga no menor de nostalgia. Muchas veces este tipo de producciones cuentan lo que quieren contar y a veces no pueden controlar lo que tienen frente a cámara. Esto último, claro, siempre es lo más interesante.

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