Escasez de combustible y falta de créditos ahogan la actividad pesquera en Apure

Escasez de combustible y falta de créditos ahogan la actividad pesquera en Apure

Escasez de combustible y falta de créditos ahogan la actividad pesquera en Apure

 

Luego de una visita realizada a los puertos pesqueros Puente María Nieves y Las Cabañitas, situados alrededor del río Apure San Fernando, capital del estado Apure, se pudo evidenciar la caída en la actividad del sector pesquero en la entidad llanera, debido al déficit de la gasolina, falta de insumos, la falta de financiamiento por más de 10 años y las bajas ventas de este importante rubro para la dieta de los apureños.

Por Corresponsalía lapatilla.com





De acuerdo al testimonio de los pescadores, expescadores, intermediarios y vendedores en los referidos puertos pesqueros, el trabajo artesanal ha menguado durante los últimos años.

Los entrevistados revelaron que antiguamente en el puerto pesquero del Puente María Nieves, que comunica los estados Apure y Guárico, al menos 50 pescadores ofrecían su mercancía. En la actualidad, ante la crisis del sector, no llegan ni a 10 pescadores.

“Ya los caveros (personas que transportan pescados en camiones cavas) no quieren venir. No viene ni el 25 % de los que venían antes, porque el problema de la gasolina los ha afectado. La situación es fuerte y difícil para este trabajo”, apuntó un comercializador de pescados.

En el Puerto Las Cabañitas, situado a orillas también del río Apure, la cantidad de pescadores varía todos los días, debido al déficit del combustible, falta de capital para invertir y también porque durante esta época del año, para los apureños es más rentable la agricultura.

Dividir las ganancias

 

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David Montoya, pescador y vendedor en el Puerto Las Cabañitas, asegura que el sector está en crisis, porque los pescadores tampoco reciben ayudas técnicas por parte del Gobierno para mejorar su trabajo, pese a la importancia del pescado en la alimentación de los apureños.

Montoya para cumplir su labor con el uso del canalete y evadir el gasto de la gasolina, duerme y acampa entre dos y tres días a la orilla del río Apure.

Explica que el eslabón de la cadena comienza con el productor, seguido del dueño del bongo, la canoa, del chinchorro y el comercializador. Cada uno de los integrantes de esta cadena recibe su ganancia. Por 40 kilos de pescado, se acumulan 50 dólares que deben ser divididos entre los cinco miembros de la cadena (10 dólares para cada uno).

“No obtenemos mucha ganancia con nuestro trabajo, porque no tenemos venta de pescado factible ni regular. Con la ribazón se pesca entre 100 a 200 kilos. Ahorita se obtiene, por los menos, entre 20 a 40 kilos de pescado. Hemos trabajado con puro canalete, manualmente. Antes en Las Cabañitas llegaban entre 40 y 50 pescadores, y ahora llegan entre 15 y 20 pescadores, los motores parados durante tres a cuatro años, se dañan”, agrega Montoya.

 

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Los agraviados consultados por lapatilla.com manifestaron que las autoridades carecen de un plan de suministro de combustible para beneficiar al sector.

“A esta fecha, casi a final de año, el Gobierno no le ha surtido ni un litro de gasolina subsidiada a los pescadores, que gastan entre 100 a 200 litros de combustible, y si lo compran caro, no están haciendo nada de dinero. Antes llegaba mucho pescado, ahora no llega ni la cuarta parte, las ganancias son mínimas. Los pescadores no han recibido beneficios. A los pescadores ofrecen y ofrecen repuestos para los motores y mallas, pero no cumplen”, aseguró Manuel Díaz, intermediario en la venta de pescado, quien asegura dejó de financiar entre 20 y 40 pescadores por el problema de la gasolina que ha acabado con todos, pescadores, compradores y comercializadores.

Mercado fluctuante

 

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Los precios del pescado no están sincerados ni regulados. Cada pescador y comprador realizan la negociación de la mercancía de forma particular.

“Se establece el precio al libre albedrío, hay desigualdad de precios, no hay una ganancia honesta y fija. El precio del kilo pescado para el consumidor oscila entre 25 a 70 bolívares dependiendo del tipo de pescado. Los revendedores nos ganamos entre 5 a 15 bolívares por cada kilo de pescado, lo importante es salir adelante”, apuntó Emilio Duarte, comercializador de pescado en Las Cabañitas.

El expescador Ramón Pérez del Puerto Fluvial María Nieves dejó de ejercer este oficio hace 20 años, porque reconoce lo difícil de conseguir gasolina en esta zona del estado Apure. Sostiene, además, que el déficit de combustible ha destruido el mercado pesquero en la entidad llanera desde el 2017 hasta la fecha.

En la actualidad, Pérez se dedica a la siembra de diferentes rubros porque le generan más rentabilidad económica para el mantenimiento de su familia. Siembra granos (caraotas y frijoles), patilla, melón, tomate y maíz.

“La gasolina está cada día más cara, los pescadores se ven obligados a pagar cada litro de gasolina entre 0,70 centavos de dólar y un dólar, porque todo el tiempo está en manos de los bachaqueros. Los pescadores necesitan la gasolina para pescar y trasladar el producto hasta los puertos fluviales. Mientras la gasolina está cara, la venta de pescado es baja. El combustible se consigue, pero el Gobierno no lo vende a los pescadores”, dijo para lapatilla.com.

Un pescador para poder ejercer su labor, diariamente debe contar con 70 litros de gasolina. Para adquirirla debe pagar 70 dólares aproximadamente, para un solo motor, pero si tiene dos, el pescador debe contar, por lo menos, con 170 litros. También requiere de hielo, mecate, las canoas y los motores fuera de borda deben estar en buen estado para pescar. “Por 400 kilos de coporo, ganamos por cada kilo unos 10 bolívares. La venta del pescado no alcanza ni para cubrir los insumos”, apuntó el expescador.

Pérez recuerda que durante su época de pescador, contaba con una bomba de gasolina destinada para surtir de combustible a todos sus homólogos. “Llenaba dos a tres tambores de gasolina y no costaban nada, entre 5 a 10 bolívares. Ahora no, porque para comprar un tambor hay que pagar 200 dólares a los bachaqueros. Antes era rentable la pesca, porque por 1.000 kilos de coporo, a pesar que cada kilo se vendía a 10 bolívares se hacía dinero. Antes usted gastaba 300 bolívares, te quedaban 700 de la venta de 1.000 kilos de pescado. Ahorita no se hace nada”, dijo.

Matraqueo a la vista

 

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Para armar un tren de pesca, un pescador necesita entre 700 a 800 dólares aproximadamente para la compra de redes, hielo, entre otros, canoa, bongo, láminas, tubos para repararlos.

No solo los pescadores deben lidiar con la falta de gasolina, créditos e insumos, sino también deben cuidar su producción e insumos de los uniformados de los distintos entes de seguridad del Estado, que también tienen presencia en el Puerto María Nieves, lugar donde los pescadores apureños son víctimas de la confiscación de pimpinas de 15 a 20 litros durante horas de la mañana por parte de los funcionarios.

“Antes estaba la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ahora es la policía con la excusa que deben patrullar la zona, pero eso es mentira porque salen a la calle a rebuscarse”, añadió el expescador consultado.

Pese a las adversidades, los pescadores de Apure mantienen viva la esperanza en esta Navidad de mejorar su calidad de vida, con la asignación de una estación de servicio para el surtido de combustible que les permita trabajar de forma óptima desde las 5:00 am hasta las 12:00 pm, y luego que se oculta el sol de 4:00 pm hasta las 6:00 pm durante los 365 días del año para ofrecer pescado de calidad a la gente.

 

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