Popular exconejita Playboy fue diagnosticada con autismo: ¿cómo es su vida hoy?

Popular exconejita Playboy fue diagnosticada con autismo: ¿cómo es su vida hoy?

Hugh Hefner, que se consideraba a sí mismo feminista, había montado un infierno de orgías y abusos en la mansión que era vista por el mundo como un paraíso. En la foto con las Playmate Sheila Levell y Holly Madison (Robert Mora/Getty Images)

 

 

La ex conejita Playboy Holly Madison, conocida por salir desde 2001 hasta 2008 con el magnate Hugh Hefner, habló en profundidad de los cambios adoptó en su vida luego de que la diagnosticaran con autismo.





Madison habló por primera vez extensamente sobre el tema desde que a comienzos de año dijo en una nota que creía que tenía asperger.

La mujer de 43 años participó del podcast Hablando con la muerte y reconoció que siempre tuvo “problemas sociales”. No reconocía las señales sociales ni captaba las cosas de las mismas maneras que otras personas.

“Pensé que era porque crecí en Alaska. Y luego, en la escuela secundaria, nos mudamos a Oregón y pensé, ‘Bueno, eso fue simplemente un gran cambio social’. Entonces soy muy introvertida. Así es como siempre lo descarté”, explicó.

La ex conejita aclaró que, si bien forma parte del Espectro del Trastorno Autista (TEA), su función ejecutiva es “alta”, lo que hace que su condición no sea tan extrema como la de otros.

Foto vía La Nación

 

 

 

Desde que fue diagnosticada le gusta compartir sus experiencias como persona que pertenece al TEA. Quiere hacerles la vida lo más sencilla posible a quienes también forman parte.

De ahí, su mensaje final: “Al interactuar con cualquiera solo ten un poco de paciencia porque no sabes con qué está lidiando o cuál es su nivel de función social. Creo que incluso yo, por la forma en que reacciono con la gente, ahora tengo un poco más de paciencia y no me tomo las cosas tan personalmente”.

Haberse dado cuenta de que era autista la ayudó a sentirse comprendida por el resto de las personas y a mejorar su vida social. De hecho, hace poco aprendió a hacer contacto visual con otros.

Ahora se disculpa con las personas a las que interrumpe o habla por encima de ellas. “Simplemente creo que ayuda mucho y ayuda a que otras personas sean más comprensivas, y también ayuda a que otras personas no tomen tu forma de comportarse como algo personal, lo cual es mejor para todos”, dijo.

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