Muerte de niño migrante despierta preocupación por condiciones insalubres en refugios de EEUU

Muerte de niño migrante despierta preocupación por condiciones insalubres en refugios de EEUU

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La muerte de un niño migrante de 5 años y la detección de enfermedades en otros niños que vivían en un almacén reconvertido en refugio han suscitado nuevas preocupaciones sobre las condiciones y la atención médica que reciben los solicitantes de asilo que llegan a Chicago.

Por VOA





Los profesionales médicos llevan meses alarmados por el sistema de salud inoperante, y han señalado que las personas recién llegadas a Estados Unidos enfrentan múltiples problemas de salud. Para muchos, los problemas se deben a su viaje, incluidas experiencias traumáticas, o al hecho de vivir hacinados en grupos donde las infecciones se propagan fácil y rápidamente.

Jean Carlos Martínez, de 5 años, vivía en un albergue del barrio Pilsen en Chicago cuando tuvo una emergencia médica, y murió poco después de llegar al hospital infantil Comer la tarde del domingo, según informó la alcaldía. Otros seis residentes del albergue —cuatro niños y dos adultos— fueron hospitalizados esta semana, de acuerdo con Larry Langford, vocero de los Bomberos de Chicago.

Todos vivían en el mismo refugio que Martínez, cuya familia llegó a Chicago el 30 de noviembre. De acuerdo con los expedientes del forense del condado de Cook, hasta el martes la causa de la muerte todavía estaba “por definir”.

Aunque las autoridades municipales descartaron el martes la noción de un brote en el refugio, se han producido brotes de enfermedades en otros albergues donde las personas duermen en catres cerca unos de otros, como varicela y fiebre aftosa humana. Los médicos de la zona están cada vez más preocupados por el VRS (virus respiratorio sincitial) y el COVID-19 este invierno.

“Son entornos difíciles para que la gente descanse, se sienta bien y pueda cuidar de sí misma”, comentó la doctora Evelyn Figueroa, que hace poco visitó el albergue donde vivía el niño. Figueroa dirige una despensa de alimentos cercana y ha pasado la mayor parte de su carrera médica trabajando con personas sin hogar, migrantes y personas con bajos ingresos.

El vapor se eleva en el aire frío mientras un hombre se sirve sopa frente a un refugio para inmigrantes en el vecindario de Pilsen en Chicago, el martes 19 de diciembre de 2023.

 

Alrededor de 2.300 personas se alojan en el refugio, un antiguo almacén cerca del centro de la ciudad. El espacio cuenta con unas 10 habitaciones de aislamiento para cuando la gente se enferma, según Figueroa.

La preocupación por el entorno en que viven los migrantes se produce en un momento en que Chicago está poniendo fin a su práctica de utilizar delegaciones de policía y aeropuertos para alojar temporalmente a los migrantes que llegan a la ciudad. Aun así, su forma de utilizar los albergues —que van desde casas de campo administradas por el distrito de parques hasta espacios comerciales— también ha desatado críticas.

Los residentes se han quejado de calefacción defectuosa, fugas de agua, alimentos caducados y condiciones de hacinamiento a las que no puede acceder el público, ni siquiera los periodistas y algunos voluntarios que fueron fundamentales para prestar atención médica en las comisarías.

Más de 26.000 migrantes han llegado en el último año a Chicago en autobús y avión, y unos 14.000 se encuentran actualmente en albergues. Unos 10.000 han sido reasentados en sus propios lugares, que es el objetivo final de la ciudad. Chicago estableció recientemente un límite de 60 días para los refugios, y la primera tanda de desalojos entrará en vigor el mes que viene.

En otro revés sufrido este mes, el gobierno del estado anunció que desecharía los planes de instalar un campamento temporal de invierno para migrantes en el barrio de Brighton Park, en el suroeste de la ciudad, debido al riesgo por contaminantes en el antiguo emplazamiento industrial.

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