Estos son los riesgos poco conocidos de dormir con perros o gatos

Estos son los riesgos poco conocidos de dormir con perros o gatos

 

Dormir es una actividad importante para el cuerpo porque así este se recupera y el cerebro se renueva de cada una de las experiencias vividas día a día. En este tiempo, muchas son las funciones que cumple el cuerpo mientras se restaura, por tal razón, los expertos recomiendan por lo menos dormir entre siete a ocho horas diarias.





Por Semana

La Clínica Mayo señala que el tiempo determinado de sueño va de acuerdo con la edad, por ejemplo, un bebé entre los cuatro a 12 meses se sugiere que duerma por lo menos de 12 a 16 horas cada 24 horas; pero un niño de seis a 12 años, se recomienda que entre nueve y 12 horas.

Sin embargo, la entidad, a través del doctor Eric J. Olson, asegura que existen factores que se asocian con el impedimento para dormir, como el envejecimiento, el embarazo, entre otros, que logran alterar el sueño.

Riesgos de dormir con la mascota

El Instituto del Sueño, con sedes en Santiago de Chile, Panamá y Madrid, argumenta que dormir con mascotas es un hábito común que desencadena enfermedades relacionadas entre animales y seres humanos que alteran el sueño, como por ejemplo:

Anquilostoma: Healthy Children explica que los anquilostomas son parásitos con un tamaño de por lo menos 0,5 pulgadas de largo que naturalmente afectan al intestino delgado.

Tiña: según la Clínica Mayo, la infección que más se relaciona con los hongos en la piel es la tiña, “una erupción cutánea causada por una infección micótica”, que en muchos casos se vincula con el pie de atleta y se extiende tras el contacto de una persona a otra o animal infectado. El principal síntoma que se distingue es la comezón en la piel, que provoca la aparición de escamas en los glúteos, brazos y/o piernas.

Enfermedad del arañazo de gato: la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, puntualiza que esta enfermedad se debe a la infección de la bacteria Bartonella, que ocurre por el mordisco o el arañazo de un gato.

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