Carlos Sainz, con una ferocidad indomable a los 61 años gana su cuarto Dakar

Carlos Sainz, con una ferocidad indomable a los 61 años gana su cuarto Dakar

El piloto español Carlos Sainz (Audi), ganador virtual del Dakar con una diferencia de una hora y 27 minutos sobre el segundo clasificado, el francés Sebastián Loeb, dijo que esta era “la etapa del rally”, pero que su “experiencia” le “dice” que las carreras “hay que acabarlas” para ser el ganador del Dakar 2024. Sainz se mostró cauto en declaraciones a periodistas a su llegada al campamento de Yanbu, en la imagen, consciente de que hace más de dos décadas perdió hasta dos campeonatos mundiales de rally el último día de competición, en 1995 al salirse de la pista en la última etapa y en 1998 al averiarse el coche que conducía a medio kilómetro del final.- EFE/ Carlos Rosique

 

Con la ferocidad de las primeras veces y la meticulosidad que le da la veteranía, Carlos Sainz (Madrid, 1962) ve agrandado su palmarés con otro Dakar, el cuarto que logra, y marca un nuevo hito en su ya dilatada carrera en la que resaltan sus dos campeonatos del mundo de rallies, los cuatro Dakar y su tan mimado premio Príncipe de Asturias.

Este insaciable competidor que antes de llegar al automovilismo probó con el fútbol, el balonmano, el esquí, el motocros y el squash, disciplina de la que fue campeón de España en 1979, sigue acumulando nuevos récords que añadir a su colección, como el de ser, de nuevo, el más veterano en ganar el Dakar o el de convertirse en el primero en la historia en lograrlo con cuatro equipos distintos.





Más allá de legar a su hijo parte de su calidad como piloto, Sainz padre ya está con letras de oro entre las grandes figuras del deporte español, junto a Pau Gasol, Rafa Nadal, Miguel Induráin o Fernando Alonso.

Este padre de familia que ganó dos veces el campeonato mundial de rallies en 1990 y 1992 se reinventó cambiando de categoría y pasando al ‘rally raid’, descubriendo el Dakar en 2006. Apenas cuatro años después ya estaba ganándolo con Volkswagen y, desde entonces, ha vuelto a repetir triunfo en 2018, con un Peugeot; en 2020, con un Mini y ahora con un Audi, que, para más inri, es un coche híbrido.

Previamente, el madrileño había ganado el Mundial de rallys en dos ocasiones, en 1990 y 1992, en ambas como piloto oficial de Toyota, y fue subcampeón otras cuatro veces, dejando un saldo de 26 victorias y un total de 97 podios.

Lejos quedan sus amargas derrotas en 1995 y 1998, cuando perdió el campeonato mundial de rallies en la última etapa de ambos cursos, pues Sainz se ha ganado no ser recordado por su “trata de arrancarlo, Carlos, por Dios“, de su entonces copiloto Carlos Moya, y sí por su calidad dentro de la pista y su infinita sala de trofeos.

Quienes trabajan a su lado destacan que más allá de su capacidad de trabajo, el madrileño es capaz de “explicar como nadie cualquier tipo de ruido”, además de hallar de manera rápida cuáles son las ventajas a exprimir y las desventajas que arreglar de un vehículo.

Inciden asimismo en que, a pesar de tener 61 años, parece como un buen vino, pues sigue moviendo una cantidad de vatios casi impensable para su edad: “En vez de llegar cansado al final de las carreras, es al revés, las termina de mejor forma y es donde más diferencias marca”, inciden quienes le conocen.

Nacido el 12 de abril de 1962 en Madrid, Sainz ya era el piloto más veterano en haber ganado el Dakar al hacerlo con 57 años en 2020, pero este viernes asestó un nuevo registro, al conseguirlo de nuevo con 61 años.

Así, sus hazañas en los rallies (cuatro Dakar y dos mundiales de rally) solamente son comparables a las de los finlandeses Juha Kankkunen (4 mundiales y un Dakar) y Ari Vatanen (un mundial y 4 Dakar), aunque en números totales ya les ha superado.

Queda por ver cuál será su decisión, toda vez que este era el último año de contrato con Audi, pues la marca alemana se despedía del Dakar, centrándose a partir de ahora en entrar en la Formula Uno. Sainz podría retirarse en lo más alto o bien seguir coleccionando etapas y rallies en cualquier buen proyecto que se le presente para seguir mostrando que la edad es solo un número.

Haga lo que haga, el piloto español ya cuenta con otra hazaña que añadir a la lista, la de ser el primer piloto de la historia del Dakar en alzarse con la victoria general con un coche híbrido como el que pilota en Audi, un proyecto “muy valiente”, como él siempre ha reconocido, y que a pesar de que le ha costado más de dos años terminar de arrancar sin averías mecánicas, parece destinado a quedar para la posteridad.

Sólo queda esperar, por tanto, a conocer la decisión sobre su futuro, aunque mientras seguirá ligado al motor, como siempre lo ha estado, asesorando a su hijo en cada carrera de Fórmula Uno. Preguntado por EFE hace apenas unos días si le gustaría que Carlos Sainz Jr siguiera su legado en el Dakar, comentó que “no necesariamente”, aunque subrayó el pragmatismo de su hijo, uno más en esa saga que ya ha dado victorias de rally, del Dakar y también de la Fórmula Uno. Sea con uno u otro, hay Sainz para rato. EFE