Qué queda del avión de los uruguayos de “La sociedad de la nieve” y cómo es la travesía para llegar al lugar

Qué queda del avión de los uruguayos de “La sociedad de la nieve” y cómo es la travesía para llegar al lugar

El memorial donado por Valle de las Leñas para recordar la hazaña de los uruguayos (Andes Aconcagua Expediciones)

 

Pasaron más de 50 años y cada tanto la hazaña de los uruguayos reaparece con los relatos de los sobrevivientes y todo lo que sucedió desde la caída del avión con 45 personas hasta los 16 que lograron bajar de la montaña 72 días después. Ahora, la película de Netflix La Sociedad de la Nieve volvió a reinstalar el tema.

Por Infobae





El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya tenía planeado aterrizar en Santiago de Chile el 12 de octubre de 1972. En la aeronave viajaba el equipo de rugby de Old Christians Club de Montevideo junto a familiares y amigos.

Tras una escala de un día en Mendoza por el mal clima, el grupo emprendió el vuelo a Chile. Un mal cálculo de los pilotos hizo que la aeronave estrellara un ala contra una montaña, perdiera su rumbo y cayera en medio de los Andes. De las 45 personas que viajaban en el avión, incluyendo la tripulación, 12 murieron el accidente y otras 17 fallecieron días después, la mayoría a consecuencia de una avalancha de nieve que los sepultó.

Sobrevivir como objetivo

Los 16 jóvenes uruguayos lograron algo impensado. Sobrevivieron donde es imposible vivir. Fue sobre un glaciar helado en la cordillera con temperaturas de menos 30 grados, avalanchas y vientos cruzados insoportables. Para eso, usaron como alimento el cuerpo de sus compañeros muertos.

Roberto Canessa era uno de los rugbiers y realizó la travesía por las montañas junto a Fernando Parrado que logró el encuentro con el baqueano chileno. En el 2016 le dio una nota a la BBC y habló sobre lo que sucedió en los Andes durante los más de 2 meses. “Estaría orgulloso de que mi cuerpo fuera usado por mis amigos para vivir. Hoy siento que tengo una parte de mis amigos dentro de mí y tengo que ser agradecido con su memoria”, sostiene el hombre que se convirtió en cardiólogo tras volver a Uruguay.

Tanto es el éxito del film en streaming, que las expediciones que se realizan durante el verano al lugar donde estuvo ubicado el fuselaje del avión y los jóvenes usaron como refugio tienen un boom de interesados. Cerca de un centenar se aventuran durante los fines de semana de verano y llegan hasta ese lugar a unos 3.600 metros de altura.

Gonzalo Noste vive en Esperanza, Santa Fe, plena llanura pampeana. Pese a eso es un experto montañista y una vez por mes viaja hacia el oeste en busca de algún destino que hará con su empresa, Andes Aconcagua Expediciones, en algún punto de la cordillera. “Es una de las caminatas que más me gusta hacer –explica Noste, en diálogo con Infobae-. En general, es de exigencia media y casi no tiene escalada. Además, con el auge de la película de Netflix llegan personas que hacen su primera experiencia de montaña”.

En tanto, Leandro Scheurle de Argentina Extrema, otra empresa que realiza expediciones de montaña, explica que “mucha gente que antes de ver la peli no sabía muy bien de qué se trataba esa historia de unas personas que alguna vez, en el siglo pasado, habían sobrevivido más de 2 meses en plena cordillera, comenzaron a interesarse súbitamente y a soñar con la idea de visitar ese lugar mágico”.

Los restos de la Tragedia de Los Andes

Muchas personas se pueden movilizar hasta allí por el morbo. Ver el lugar, buscar si quedan restos humanos o algún elemento ligado a lo que vivieron los sobrevivientes en la alta montaña. “Los que van con esa idea, mejor que ni lo intenten porque no es la idea –explica Noste-. El plan es justamente lo contrario. Es un espacio espiritual en el que se conecta con la montaña y con una historia de sobrevivientes que llevó al ser humano a un límite muy alto”.

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