Abraham Sequeda: La Concurrencia masiva de la nación para liberar a Venezuela

Abraham Sequeda: La Concurrencia masiva de la nación para liberar a Venezuela

Quizás no muchos en Venezuela, se han preguntado tanto, siendo ellos mismos protagonistas de una época pasada, como aquellos que se toman la tarea de investigar a través de la evidencia histórica, acerca de un tema que ha tenido al país por décadas acosado: esta duda se refiere a ¿por qué la nación no ha podido superar las barreras que conducen al subdesarrollo, desorden económico y corrupción, al malestar de su sociedad y desesperanza frente al futuro?

En definitiva, sin el ánimo de anticipar el final, la respuesta en la práctica es una ausencia de institucionalidad, una institucionalidad débil y también lo que ha ocurrido en los últimos años: una subversión en las estructuras de lo que se supone es una institución. El lector puede y debe profundizar acerca del concepto de subversión y el proceso de subvertir algo; aquí no lo haremos esta vez.

El alma de las instituciones y el espíritu del cumplimiento lo colocan las personas; en este conjunto se encuentran los que participan en ese componente del Estado y también los ciudadanos que se sirven desde la sociedad. Es este equilibrio el que va a robustecer y consolidar las instituciones para garantizar la seguridad de la nación; pero la suerte ha sido otra y este principio constitucional ha fallado, abandonado conceptualmente y hasta despreciado, llevando a la situación actual.





La institucionalidad es la base de la democracia y desde luego la libertad. Existen varios tipos de democracia, las más utilizadas: la representativa y la participativa; las dos han sido colocadas a prueba en Venezuela, resultando una peor que la otra en algún momento, aunque se entiende que en términos de la construcción del poder político y la dinámica de la sociedad, una representación del pueblo a través del voto, es muy funcional.

Pero, en este momento los venezolanos estamos cada vez más conscientes que un mecanismo diferente es necesario, para lograr la tan deseada convivencia, prosperidad y convicción de futuro. Es aquí donde aquella confluencia hacia un fin común, es cada vez más evidente.
Esto implica trabajar con el sentido común y las normas éticas, pero no con la promesa del diseño social, exacerbación de condiciones económicas, arrogancia de acciones desde el poder y los conflictos en las relaciones exteriores. Debe ser una apuesta a la representación con la virtud política en el cuerpo de ciudadanos, con el propósito de que el poder sea construido con la separación y el equilibrio de poderes públicos de la República.

No cabe la duda, de que en este punto los partidos políticos actúan como requisitos para promover la discusión en las propuestas de las políticas públicas, aunque no siempre representan los intereses nacionales sino de fracciones; sujetos también al marco de leyes para que el ciudadano con su libertad política pueda ejercer su libertad individual.

Los partidos pueden ser conductores de las propuestas de políticas públicas, pero no la ejecutan, pueden representar una decisión mayoritaria pero no suplantar a cada individuo, a cada profesional, a cada ciudadano en los tribunales, en las escuelas, en el ejército, en los hogares o el las empresas.

En esta etapa de Venezuela, signada por los acontecimientos que están ocurriendo en un año de elecciones presidenciales, antes que la democracia construya su cuerpo político y forma basado en el liberalismo, las características esenciales deben surgir desde la propia circunstancia del sujeto venezolano, sintiéndose ilimitadamente dispuesto a actuar y ejercer sus responsabilidades profesionales y personales, hasta ver la transición dirigida hacia un mejor porvenir totalmente consumado.

Todo ciudadano venezolano investido o no de autoridad tiene el deber de recuperar los poderes públicos subvertidos y contribuir a restablecer el orden constitucional y la seguridad. Es así que las cosas toman su curso; por lo tanto, en esta contienda no cabe una unidad de partidos sino de la concurrencia masiva de toda la nación.

@abrahamsequeda