Sr. y Sra. Smith: el inicio del romance, el tango que los enamoró y el motivo que separó a Brad Pitt y Angelina Jolie

Sr. y Sra. Smith: el inicio del romance, el tango que los enamoró y el motivo que separó a Brad Pitt y Angelina Jolie

Brad Pitt y Angelina Jolie en Sr. y Sra. Smith, cuando la ficción predijo a la realidad (Grosby Group)

 

 

 





Para el 2005 Brad Pitt ya era… Brad Pitt. El actor era un auténtico número uno de Hollywood con películas como Nada es para siempre, Kalifornia, Entrevista con el vampiro, Pecados capitales y Leyendas de pasión. Entronizado como sex symbol mundial, se convirtió en el punto más alto de la escala de belleza masculina. Se podía ser “tan lindo como Brad” pero nunca “más lindo que Brad”.

Por Infobae

El actor estaba casado con Jennifer Aniston, la mujer viva más bonita y estrella indiscutida de Friends. El matrimonio se veía tan feliz que en una entrevista con The Guardian, ella compartía sus deseos de agrandar la familia. “Es hora. Creo que puedes trabajar con un bebé, creo que puedes trabajar embarazada, creo que puedes hacer todo. Así que realmente estoy ansiosa por reducir la velocidad”.

Por su parte, Angelina Jolie era mucho más que la hija del mítico Jon Voight y la modelo Marcheline Bertrand. Había saltado a la fama en Gia, como Gia Carangi, una supermodelo tan frágil como hermosa atrapada en el mundo de la heroína, ganado un Oscar con Inocencia interrumpida y protagonizado Tomb Raider uno de los filmes más taquilleros de la historia. Lejos de las cámaras, dormía con un cuchillo y una rata, y declaraba “Tengo amantes. Los llevo una o dos horas a una habitación de hotel y después vuelvo a mi vida”. Y era la que había perturbado al imperturbable Val Kilmer: “Cuando la gente me pregunta cómo es ella, les digo que se parece a otras mujeres, otras súper estrellas, solo que mejor”, sentenció el actor.

 

Brad Pitt y Jennifer Aniston, la pareja que soñó Hollywood (Shutterstock)Berliner Studio/BEI/Shutterstock | Berliner Studio/BEI/Shutterstock

 

Para el 2005, Angelina era una tranquila madre separada que vivía con Maddox, su hijo camboyano adoptado, y alternaba sus días entre su granja en la campiña inglesa, su departamento en Nueva York y una cabaña que estaba construyendo en la selva camboyana. Era una mujer comprometida, embajadora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que aseguraba sin inmutarse: “Hace un año que no tengo relaciones sexuales”.

Aunque madraza, Angelina seguía siendo una bomba sexy y a los productores Lucas Foster, Akiva Goldsman y Amon Milchan se les ocurrió juntar a la dueña de la fantasía de los hombres con el dueño de la fantasía de las mujeres. Y con esa fórmula surgió Sr. y Sra. Smith, la película.

Según el guion de Simon Kinberg, el señor y la señora Smith eran una pareja cuya pasión parecía agotada. Hasta ahí nada muy diferente a lo que Ingmar Bergman ya había contado mucho mejor ni más de lo que cualquier pareja había vivido mucho peor. Pero la vuelta de tuerca pensada por el guionista (ALERTA SPOILER) es que el Sr. y la Sra. Smith no eran los exitosos profesionales que aparentaban ser ante el mundo (y el uno ante el otro) sino dos asesinos a sueldo con una misión: eliminarse entre ellos. Y por su profesión nada de “matarse con la indiferencia”, sino a las piñas, a los tiros o con cualquier arma que tuvieran a mano.

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