Dani Alves condenado en España a más de cuatro años de cárcel por violación

Dani Alves condenado en España a más de cuatro años de cárcel por violación

El exjugador brasileño del FC Barcelona Dani Alves. EFE/ Alberto Estévez

 

 

El futbolista brasileño Dani Alves fue condenado este jueves a cuatro años y medio de cárcel por un tribunal en Barcelona que lo consideró culpable de haber violado a una mujer en los baños de una discoteca de esa ciudad española a finales de 2022.





Los jueces estimaron “acreditado que la víctima no consintió y que existen elementos de prueba, además del testimonio de la denunciante, para entender probada la violación”, indicó el tribunal en un comunicado, dos semanas después del final del juicio.

Los magistrados le impusieron cinco años adicionales de libertad vigilada, orden de alejamiento de la víctima por nueve años y medio y el pago de una indemnización de 150.000 euros (unos 162.000 dólares).

La Fiscalía, que dio credibilidad al relato de la denunciante desde el inicio de las investigaciones, pedía para él una pena de nueve años, mientras que su defensa solicitaba su absolución.

La abogada del exjugador del Barça anunció que recurrirá la sentencia.

Como durante el juicio oral, celebrado entre el 5 y el 7 de febrero, Alves, de 40 años, fue conducido a la Audiencia de Barcelona en un furgón policial desde la prisión en la que lleva recluido 13 meses.

El jugador recibió la notificación junto a su abogada, que aseguró que el exlateral de la selección brasileña se encuentra “entero” tras conocer la pena.

“Coherente”

Dani Alves estaba acusado de haber violado a una joven en un baño de la discoteca Sutton de Barcelona en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022.

De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en una zona reservada de ese local en el que el deportista, que estaba allí con un amigo, habría coincidido con la mujer, quien iba acompañada de una prima y una amiga.

Tras invitarlas a champán, Alves habría convidado a la joven a entrar en otra área exclusiva donde estaba el pequeño baño, que ella desconocía.

A partir de entonces, sus versiones diferían, pero los magistrados han considerado probado que, una vez dentro, “el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente, pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir”.

El tribunal reconoció el relato “coherente y especialmente persistente” de la víctima durante el proceso y fundamentó su decisión en pruebas como las lesiones que presentaba, que “hacen más que evidente la existencia de violencia para forzar su voluntad”.

La mujer, que declaró el primer día del juicio a puerta cerrada y con medidas para proteger su anonimato, tampoco tiene intereses económicos, según los magistrados, que también consideraron probado el estado de nervios en el que salió del baño y las secuelas psicológicas que padece.

Sin consentimiento

Tras varios cambios de versión durante la instrucción, el tribunal tampoco aceptó las explicaciones que dio Alves en su declaración el último día juicio, donde defendió que las relaciones habían sido consentidas tras surgir una “tensión sexual” entre ambos antes de ir al lavabo.

“Ni que la denunciante haya bailado de manera insinuante, ni que haya acercado sus nalgas al acusado, o que incluso haya podido abrazarse al acusado, puede hacernos suponer que prestaba su consentimiento a todo lo que posteriormente pudiera ocurrir”, indicaron en su decisión de 61 páginas.

La condena a Alves despertó una gran atención mediática y generó reacciones hasta en el gobierno de izquierda español, que en 2022 impulsó la aprobación de una ley sobre el consentimiento sexual explícito.

“Se acabó. Basta ya de machismo, de agresiones sexuales”, aseguró la número tres del ejecutivo, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en los pasillos del Congreso.

Pero la aplicación de la polémica ley, que convertía todos los delitos sexuales en agresiones, implicó la rebaja de las penas mínimas y máximas para algunos casos. Reformada poco después para corregir sus efectos indeseados, Alves pudo beneficiarse de los meses en que estuvo vigente el primer redactado.

También contribuyó para una pena menos abultada el hecho de que los magistrados, que no aceptaron el consumo de alcohol como atenuante, sí que tomaran en consideración su intento de “reparación del daño” por haber depositado la indemnización de 150.000 euros.

Dani Alves, uno de los futbolistas más laureados de la historia, jugó en clubes como el Sevilla y la Juventus de Turín, además de formar parte del exitoso Barça de Messi y Guardiola.

Cuando ocurrieron los hechos se encontraba brevemente en Barcelona, poco después de regresar del Mundial de Catar.

Tras su ingreso en prisión provisional en enero de 2023, su equipo en aquel momento, los Pumas de México, rescindió su contrato. AFP