Vicente Brito: Diálogo, política y economía

Vicente Brito: Diálogo, política y economía

El diálogo siempre se ha sostenido en el tiempo como la vía para concertar soluciones, las cuales son válidas ante confrontaciones políticas afectativas de la vida nacional, que no dan salidas a las complejidades que afectan la necesaria armonía y tranquilidad ciudadana.

La actividad política luce desbordada en todas sus distintas expresiones, al encontrarnos con un escenario complejo donde las confrontaciones antagónicas han tomado todos los espacios de opinión y participación ciudadana en sus permanentes expresiones conflictivas, tratando de imponerse el desencuentro y las descalificaciones como parte de la actividad política y la vida cotidiana.

La economía marcha a un ritmo donde su dependencia del quehacer político se hace evidente, así lo demuestra como la misma luce sujeta a la actividad política y sus vaivenes, encontrándonos con una economía en expansión cuando la armonía política se hace evidente en la búsqueda de acuerdos sostenidos en el diálogo, como la expresión de las sociedades modernas, así como las instituciones públicas sostienen su independencia institucional de acuerdo a lo establecido en la Constitución. Se observa lo contrario cuando la confrontación política y el desasosiego institucional afectan la actividad económica, la cual se contrae al estar sujeta a la pérdida de confianza por parte de los inversionistas, quienes ven con recelo la confrontación política y sus efectos en el normal desenvolvimiento de la vida nacional.

Hoy la nación aspira que el diálogo se imponga a la confrontación política como el instrumento válido, para que se acaten acuerdos que den soluciones a las preocupaciones que afectan la necesaria armonía ciudadana, así la economía nacional podrá también recuperar sus niveles de crecimiento sostenido en la producción y procesamiento de sus abundantes materias primas, como la generación de empleos bien remunerados.

Vicente Brito

Presidente

Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.

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