El Gobierno interino de los talibanes llevó a cabo este lunes la ejecución pública de un preso condenado por homicidio, la tercera en menos de una semana mediante la técnica de retribución del “ojo por ojo”.
“Hoy ha sido ejecutado un asesino en la ciudad de Sheberghan, en el centro de la provincia de Jowzjan”, en el norte de Afganistán, informó en un comunicado el Tribunal Supremo del país.
La ejecución se llevó a cabo en un estadio deportivo de Sheberghan, después de que la sentencia fuese aprobada por el máximo líder de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, agregó el escrito.
El reo fue declarado culpable por la máxima instancia judicial del país de matar con un cuchillo a otra persona del mismo distrito.
De acuerdo con la “retribución”, el preso fue ejecutado de la misma forma en que cometió su crimen.
Esta es la quinta ejecución pública que se realiza en Afganistán tras la llegada al poder de los talibanes y la tercera en menos de una semana, después de que el pasado 22 de febrero se ordenase la ejecución de dos reos condenados por homicidio en un estadio de la provincia sureña de Ghazni.
En el anterior régimen de los talibanes de entre 1996 y 2001 las ejecuciones públicas eran una práctica habitual en Afganistán como un modo de concienciar a la población sobre el alto precio a pagar si cometían un crimen.
El antiguo estadio Ghazi de Kabul fue uno de esos espacios empleados para las ejecuciones públicas, donde todos los viernes, después del rezo en la mezquita, se congregaba una muchedumbre para asistir al macabro espectáculo.
Ante unas 20.000 personas al grito de “¡Allah-u-Akbar!” (dios es grande), los talibanes explicaban altavoz en mano el crimen por el que habían condenado al reo, exhibido ante un público entusiasta en el centro del terreno de juego, para a continuación ejecutarlo o, en el mejor de los casos, cortarle una mano.
EFE