La trágica historia del niño que cayó del cielo y una foto inesperada

La trágica historia del niño que cayó del cielo y una foto inesperada

Un adolescente australiano, inspirado por su deseo de dar la vuelta al mundo, se aventuró a subir al compartimiento de la rueda de un avión con destino a Japón antes de caer desde las alturas. (Foto: John Gilpin)

 

Keith Sapsford, un adolescente de 14 años con un anhelo incansable de aventuras, protagonizó uno de los episodios más desconcertantes y trágicos de la historia de la aviación australiana.

Por: Infobae





Aquel fatídico 22 de febrero de 1970, su impulso por descubrir el mundo lo llevó a una decisión que terminaría con su vida de la manera más dramática. Esta es la historia de cómo un joven de los suburbios de Randwick, Sydney, Australia, buscó la libertad y encontró la eternidad; y cómo John Gilpin, fotógrafo amateur, capturó sin saberlo ese momento fugaz entre la vida y la caída.

Desde pequeño, Keith destilaba un deseo voraz de explorar más allá de las fronteras de su hogar en Randwick. Hijo de Charles Sapsford, un respetado profesor universitario en ingeniería mecánica e industrial, creció en un ambiente donde el conocimiento y la curiosidad por el funcionamiento del mundo eran moneda común. A pesar de las constantes oportunidades de viajar con su familia, el joven Sapsford desarrolló un inquieto espíritu que ni los vastos océanos podían aplacar. Sus padres, preocupados por su gran inquietud, lo inscribieron en Boys’ Town Engadine, una escuela secundaria residencial australiana para jóvenes adolescentes, pensando que la disciplina y la estructura podrían encauzar su inagotable energía. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Ignorando los consejos de su padre sobre los peligros de aventurarse en los dominios no charteados del aire, Keith Sapsford decidió actuar bajo su propio código de descubrimiento. Se escapó de la escuela y, con la astucia de quien se cree invencible, se dirigió al Aeropuerto Kingsford Smith de Sydney. Aquí, en este punto de no retorno, Keith encontró su pasaje a la aventura, un Douglas DC-8 de Japan Airlines, cuyo destino era Tokio.

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