Luis Barragán: Per aspera ad astra

Luis Barragán: Per aspera ad astra

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Aquí nadie está reclamando un jolgorio siendo tan dramáticas las circunstancias del país, apuntando así al oportunismo extremo de quienes hacen de la resiliencia un arbitrario motivo de culto hasta sorprender al mismísimo terapeuta. Frecuente, la adaptación política, a ésta nos referimos, no sugiere superar el drama, sino alcanzar los mejores rendimientos personales con el sufrimiento ajeno que se jura evitar.

Es necesario y urgente defender el realismo a todo trance para alcanzar lo imposible, haciendo caso de la muy consabida, remota y parisina consigna. Una defensa reñida con el engaño y, algo peor, el autoengaño, la improvisación y la banalización misma de la política, vaciándola de todo sentido ciudadano.

La autovictimización y la autoflagelación, se nos antojan como una rara estrategia que explica la vida política en clave de telenovela de bajo presupuesto. El combate cívico tiene su propia naturaleza, características y alcances: hay que hacerla y muy bien, la política, en consonancia con nuestras más profundas convicciones, sacrificios acumulados, acuerdos y desacuerdos que deben empeñarse en librarnos y liberarnos del régimen socialista que desconoce la dignidad de la persona humana.





La firmeza de nuestra esperanza depende de la que tengamos con nuestra fe libertaria y venezolanista, sin desmayar a pesar de las adversidades. El célebre latinazo que abre la presente nota, nos advierte que el camino hacia las estrellas, es el más difícil, siendo necesario persistir ante una experiencia inusual, como la del régimen que confisca el presente siglo: la política ha de recuperar el sentido de trascendencia, de responsabilidad, de solidaridad, del sacrificio, del empeño creador, de las destrezas indispensables, que son las que nos llevan al terreno de las realidades inauditas tan desfiguradas por el mundo digital.

Ya sin la vieja placa de identificación, sugerimos al amable lector detenerse por un instante frente a la escultura de Teresa Cabello y de la vitralista Marianela Ruíz, en Parque Cristal, municipio Chacao, por cierto, referente de las masivas protestas caraqueñas hasta hace pocos años, al parecer, irrepetible respecto a los años venideros. Un par de niños que celebran al papagayo que toma vuelo, constituye una gigantesca inspiración para hacer de la tarea opositora una viviencia de las realidades que se conquistas para transformarlas.