Omar Estacio Z.: Hablando de votaciones: Putín o Nicolás Maduro ¿Cuál es peor?

Omar Estacio Z.: Hablando de votaciones: Putín o Nicolás Maduro ¿Cuál es peor?

Vladimir Putín, es un ladrón.

Putín, es hipócrita, traicionero, asesino serial,  torturador.

Además, es un gallina. La frase es de Hildelbrando von Däniken, coetáneo de Maquiavelo: “El veneno es el puñal de las mujerzuelas y de los cobardes”. Al respecto, ténganse en cuenta el número de gente enviada al otro mundo a punta de polonio y Novichok por órdenes directas del tirano de Moscú.





A Putin, le importa un rábano la voluntad de sus compatriotas, de allí que sea un adicto a los subterfugios electorales más desvergonzados.  

Han coincidido, en el presente mes de marzo, los sufragios para “elegir” (¿?) al Primer Mandatario de la Federación Rusa y la convocatoria, muy retorcida, por cierto, de elecciones presidenciales, en Venezuela.

El actual jefe de Estado y aspirante ruso a la reelección, a pocas semanas de la votación general, no conforme con tenerlo secuestrado, asesinó a su principal opositor, Aleksei Navalni; ordenó liquidar, a martillazos, en país extranjero, al asistente principal de este último, Leonid Volkov, a lo que agregó la inhabilitación por motivos fútiles e innobles -como a unos Maria Corina cualquiera- de las candidaturas  opositoras de, Boris Nadezhdin y Yekaterina Duntsova. Por si fuese poco, un nutrido número de disidentes rusos, se ha visto obligado a abandonar el país, para no ser presa del citado matarife. 

¿Creían ustedes, que Maduro, se iba a conformar, nada más, con inhabilitar a María Corina Machado? Cumplido lo anterior, el sátrapa local, pretende impedirnos a los venezolanos que, en su lugar, no postulemos a quién a él, le dé su gana, sino a alguien con igual o similar perfil que Machado.

Los votantes, entre otros, tenemos el derecho a presentar candidaturas “por propia iniciativa” o a través de “grupos de electores”, es decir, sin intermedio de los partidos políticos. Pues al ¡demonio! con tal postulado, porque el CNE en su espurio llamado a elecciones publicado el cinco de marzo, comprimió de tal manera los lapsos que, de facto, erradicó el procedimiento para la “certificación de firmas”, incluidas las candidaturas por iniciativa propia o por grupos de electores. Lo que adquiere singular relevancia porque el intrusismo del TSJ en la dirección de los partidos y el prevaricato del CNE, han dejado a los venezolanos sin verdaderos partidos opositores, al extremo que de éstos, solo pueden postular candidatos a la Presidencia, Un Nuevo Tiempo y la MUD, salvedad hecha que sobre esta última pesa una sentencia de la Sala Constitucional de 2018, que la declaró ilegal por transgredir la prohibición de doble o múltiple militancia y que, en cualquier momento desempolvan.  

El CNE, se ha negado a publicar el listado de los partidos políticos “vigentes”. Menos aún, ha abierto el lapso para que aquellos que no lo estén, tengan oportunidad de renovarse. Quiere decir, que el supuesto árbitro  electoral, va a esperar que se produzcan, entre el 21 y 25 del mes en curso, las postulaciones de candidatos a la Presidencia, para después decir, quién sí y quién no, podía postular válidamente. 

A partir de la vigencia de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (2009) registrar un nuevo partido político se convirtió en un calvario. A  menos que usted sea un acólito de la RoboLución. O un falso opositor,    alacrán y esquirol. Lo que explica que el gobierno usurpador afirme haber convenido el espurio cronograma electoral con casi 100 partidos que se dicen disidentes, pero que no son más que colaboracionistas del régimen forajido.

A ver ¿Cuál de los dos, es peor de los arriba mencionados?

– Yo, por lo menos, no soy narcotraficante – clamó una voz desde Moscú. 

@omarestacio