El domingo, las autoridades de Chicago comenzaron a desalojar a algunos inmigrantes de los refugios, sumándose a otras ciudades que han tomado medidas similares para aliviar la presión sobre los recursos sobrecargados.
Por Miriam Jordán | The New York Times
El proceso está comenzando gradualmente. De los casi 11.000 inmigrantes que viven en 23 refugios para personas sin hogar en Chicago, según la Oficina de Comunicaciones y Manejo de Emergencias, una fracción (34 adultos solteros) tuvo que salir el domingo.
Muchas personas serán elegibles para exenciones. Se determinarán caso por caso, dijeron funcionarios de la ciudad, para mujeres embarazadas, personas con ciertos problemas médicos y migrantes que ya están en el proceso de conseguir una vivienda. Las familias con niños pueden recibir extensiones renovables de 30 días.
Pero las autoridades dijeron que más de 2.000 personas serían desalojadas a finales de abril. Y muchas familias con niños pueden verse obligadas a abandonar por completo la red de refugios antes del verano.
Con el respaldo de un ejército de voluntarios, Chicago y otras ciudades han encontrado refugio para inmigrantes, inscribieron a sus hijos en escuelas, brindaron asistencia alimentaria y realizaron talleres para ayudarlos a completar el papeleo para solicitar permisos de trabajo.
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