María Corina Machado no puede darse por inhabilitada, sencillamente, porque constitucional y jurídicamente no lo está, y no dejará de luchar, con todas sus fuerzas y HASTA EL FINAL, por hacer valer sus derechos civiles y políticos.
Y no solo los derechos de ella y los de quienes la elegimos para que fuera, además de nuestra abanderada en la Elección Presidencial, la líder necesaria para este momento histórico, sino los de todos los demócratas venezolanos.
En ese sentido, en el camino hacia la Victoria por la Libertad y la Democracia para Venezuela, María Corina no puede rendirse ni se rendirá. Antes bien, ella tiene la obligación política, jurídica y moral, con el respaldo de la gran mayoría de sus compatriotas, de concurrir a inscribir su candidatura el 21 de marzo.
Con ello, por una parte, honrará su compromiso con los ciudadanos que la hicimos candidata y líder de la Oposición el 22 de octubre pasado, e igualmente, por la otra, colocará a Maduro, al régimen castro-chavista y al PSUV ante un dilema crucial, que pudiera representar para ellos el único chance que tienen de reivindicarse y salvar el status y la supervivencia política.
Ellos querrían, por supuesto -como también lo quieren los falsos opositores-, que María Corina desistiera en previo de su propósito de ir HASTA EL FINAL, de manera de no tener que enfrentarse a tan decisiva disyuntiva y así eludir sus responsabilidades.
Pero ya es un hecho que ella no les servirá ese “manjar en bandeja de plata” que sería una voluntaria declinación anticipada, y que prefiere, más bien, desafiarlos en su terreno y, al mismo tiempo, aunque parezca una paradoja, ofrecerles una oportunidad de mantenerse dentro de la normativa constitucional. Y esa oportunidad de decidir entre actuar conforme a la ley…, o delinquir y condenarse para siempre, la tendrán.
Harían lo correcto con solo respetar el derecho legítimo de María Corina Machado en el momento en el que ella tramite formalmente, como debe y tiene que hacerlo, su solicitud de participar como candidata en la Elección Presidencial del 28 de julio próximo.
Está claro, asimismo, que si en el acto de tal solicitud a MCM se le impidiera inscribirse, con base en una inhabilitación jurídicamente inexistente, TODOS los responsables de tal arbitrariedad estarían incurriendo en delitos de lesa Constitución, de lesa Justicia y de lesa Humanidad taxativamente contemplados en el sistema legal venezolano, los cuales, aparte de que no prescriben, darían lugar a penas severas que incluyen inhabilitaciones político-administrativas accesorias.
¿Es a eso a lo que apuestan Maduro y sus conmilitones? Ellos deben saber cuánto en eso se juegan, y cuáles pudieran ser a posteriori las consecuencias de sus actos.
María Corina asumirá con Dignidad y valentía lo que tiene que asumir. Ella gestionará su inscripción, porque es su deber con Venezuela, con los demócratas venezolanos y con la Historia, y, según lo que de tan necesaria y significativa diligencia resultase, ella sabrá, sin ningún género de dudas, lo que le corresponde hacer.
Zoilo Abel Rodríguez.