La producción récord de cocaína y la elevada demanda de esta droga contribuyeron a la violencia criminal en toda América Latina y el Caribe en 2023, ya que los traficantes establecieron nuevas rutas para eludir los crecientes esfuerzos de interdicción.
Por lapatilla.com / Con información de InSight Crime
En Venezuela se incautó de 43,7 toneladas de cocaína en 2023, un aumento del 34% en comparación con el mínimo de siete años de 32,6 toneladas incautadas en 2022. Sin embargo, las cifras de la administración de Maduro han sido opacas y poco confiables en el pasado.
El estado de Zulia representó el 62% de las incautaciones de cocaína en 2023, lo que equivale a más de la mitad toda la cocaína incautada en 2022. Zulia se encuentra al otro lado de la frontera con la región colombiana del Catatumbo, el centro de cultivo de coca más grande de Colombia.
Se están encontrando con mayor frecuencia laboratorios cada vez más sofisticados, especialmente en Zulia, a medida que los grupos guerrilleros colombianos buscan evadir las operaciones de las fuerzas de seguridad colombianas.
Cocaína en Latinoamérica
Dos países son indicativos de cómo el narcotráfico sigue siendo uno de los principales motores de la violencia en la región. Ecuador sigue incautando cantidades históricas de cocaína y en 2023 tuvo su año más violento registrado, ya que los grupos de narcotraficantes compitieron por rutas estratégicas. Costa Rica sufrió un impacto similar, ya que su tasa de homicidios aumentó un 41% interanual en medio de una lucha constante por controlar el tráfico de cocaína a través de sus puertos.
Sin embargo, en algunos países las incautaciones de cocaína aumentaron considerablemente y no se produjeron actos violentos. En lugares como Bolivia y Perú, donde se cultiva gran parte de la hoja de coca del mundo, las autoridades incautaron más cocaína el año pasado que en 2022, mientras que los homicidios se mantuvieron bajos. No obstante, las incautaciones de estos dos países productores juntos fueron inferiores a las de Ecuador, lo que plantea dudas sobre su capacidad y compromiso.
Y en el Caribe, donde se encuentran muchos de los países más violentos de la región, el aumento de los esfuerzos de interdicción en los centros tradicionales de la cocaína, como la República Dominicana, ha llevado a las organizaciones de narcotraficantes (OTD) a cambiar los puntos de tránsito de sus envíos de cocaína.