Alfredo Maldonado: El boxeador es mas peligroso contra las cuerdas

Alfredo Maldonado: El boxeador es mas peligroso contra las cuerdas

Se podría decir, usando términos del boxeo (que recuerde, no soy experto) que si la oposición venezolana fuera un boxeador, estaría “pondrón”, o sea, ha llevado tantos golpes que ya se ha acostumbrado, ya ni los siente. El problema es que el que parece estar acorralado es el otro boxeador, el régimen, que ahora estaría con los brazos y los puños levantados para protegerse apoyado en las cuerdas. Allí es más peligroso, porque quien lo acorrala debe abrirse para lanzar los puñetazos, y en una de ésas le dan a él, los boxeadores pondrones suelen ser veteranos.

Como el Gobierno chavista, con sólo 2 presidentes en 25 años de mando, frente a una oposición que tiene muchos jefes que no sólo se suceden unos a otros, sino que cada cual quiere lucirse y sumar mas votos. Buscando lucirse, llamar la atención, puede que consigan escuchas, pero también apartan a otros a

Puede que la masa popular que quiere salir del régimen sea aplastantemente mayoritaria, pero también tiene muchas alternativas, pastores evangélicos, oportunistas del montón, artistas populares y económicamente exitosos, un gobernador veterano y dueño de un partido que parece de primera pero es de segunda y un sobrio intelectual presuntamente opositor inscrito minutos antes del cierre de las inscripciones.





Dicho sea de paso, y es parte del recurso de apoyarse en las cuerdas y levantar los brazos para protegerse, en un país de poderes constitucionales separados pueden estarlo pero el pondrón es dueño de todos ellos.

Floyd Patterson y Cassius Clay, estilistas y de ágiles piernas terminaron pobres y con actuaciones patéticas, los pondrones no se caen. Habitualmente, a veces se dejan caer para salir de eso, a veces realmente los tumban. Puede que les paguen como relleno para el lucimiento del que paga, casi siempre si pierden es por decisión y no por nocaut. Los ágiles de piernas se lucen ante los jueces pero también pueden caer por un golpe no esperado, como le pasó a aquél deslumbrante Betulio, Betulio golpea, Betulio se mueve, Betulio lanza el puño, Betulio golpea, ¡se cayó Betulio!, ¿se acuerdan?

La oposición venezolana tiene muchas alternativas aunque Maria Corina Machado disfrute de las emociones de la mayoría que, más que votar por ella quieren votar contra Maduro porque están hartos de una economía cupular que poco los favorece, a la gente no le importa que los de arriba roben o sean corruptos, lo que les molesta es que los servicios funcionen mal, que los apagones proliferen, que el agua no llegue todos los días y los estómagos estén vacios, ése es el problema que el régimen no logra resolver mientras no oculten su riqueza.

Por eso el régimen está contra las cuerdas, tiene poco o nada que perder y eso lo hace más peligroso, se le acaban las fuerzas y las cuerdas en realidad son un descanso mientras la que pajarea y baila su salsa política es la oposición que afirma estar unida pero en realidad no lo está tanto, Rosales es la más reciente y retumbante demostración mientras figuras inteligentes como Claudio Fermín ni siquiera son considerados y personalidades que podrían ser estupendos presidentes como Osvaldo Álvarez Paz o Eduardo Fernández callan.

Lo único que se le ocurre al régimen es reprimir y ahora ir contra su propia gente, Maduro se defiende pero no es un controlador confiable, no es creíble porque no ha hecho felices a la gran mayoría y lo sabe. Cualquier cosa puede pasar, pero lo único que el régimen envía hacia afuera son promesas en las cuales nadie cree, la represión, las ironías de Cabello y el vestuario renovado del Presidente. Ya lo de “Presidente obrero” no se cree, sólo se fijan en su reloj.

El pueblo sale a la calle, va a sus modestos trabajos, pero rumia rencores e insatisfacciones acumuladas y ya no está Hugo Chávez para distraerlos. Las calles están tranquilas como la víspera del “Caracazo” y el Ávila se enciende como es habitual, todo está tan tranquilo que da miedo.

Pero el país está contra las cuerdas, y eso siempre puede traer sorpresas, como aquél puñetazo inesperado que derribó a Betulio. Y con la nueva Ley fascista contra el fascismo, el régimen se vuelve, también, sordo.