No ha cesado el interés de los venezolanos democráticos en mantenerse en una ruta electoral, a pesar de estar en un camino minado. El 75% de la población en todos los estudios de opinión así lo refleja.
Nicolás Maduro ha tomado una serie de medidas como el de atacar la corrupción, no porque le interese, sino porque pretende levantar su sustento electoral y esto lo está haciendo para hacer ver que hay una depuración a lo interno. Lo mismo fue con lo que significó el referéndum del Esequibo, lo que ha sido la violación de los derechos políticos de María Corina Machado, con medidas inconstitucionales y sin argumento legal alguno. Igualmente, las leyes que han sido expuestas ante la opinión pública nacional en las últimas semanas, entre otras acciones. Esto me recuerda un pensamiento siempre vigente de Cicerón, que dice: “Cuanto más cerca está la caída del imperio, más locas son sus leyes”. Esto, precisamente, es lo que está sucediendo hoy con ese bodrio legal contra el fascismo y el del odio. Todos esos elementos solo muestran una profunda debilidad de Nicolás Maduro, quien está en camino y sin frenos de llevar a la caída al actual sistema gobernante.
Maduro sigue buscando una comunicación internacional. Hace un año ellos iniciaron un proceso de investigación de una de las mayores estafas en la historia del país, que significaron los 23 mil millones de dólares en venta de petróleo que fueron a parar en manos corruptas. El escándalo, que ellos mismos confesaron, estalló en marzo del año pasado y ese hecho marcó para aquel momento que Maduro no pudiera aumentar el salario, pero sobre todo, lo dejó sin los recursos para su campaña electoral. Y ahí estuvo su problema. En esa trama de corrupción estaba a la cabeza Tarek El Aissami, quien esta semana fue sacado desde su comodidad del Fuerte Tiuna, para ser imputado tras un año de tenerlo desaparecido. Hay que recordar que Voluntad Popular no se cansó de denunciarlo por actos de corrupción durante años y no pasó nada. En paralelo al caso de El Aissami, surgió la condena por más de 20 años con la que sentenció la justicia de EE.UU. al general Clíver Alcalá Cordones -otro alto funcionario del régimen durante años-, por su vinculación y apoyo al narcotráfico del grupo terrorista colombiano de las Farc.
A estos elementos hay que sumarle que Maduro ha perdido los 15 votos de la Comunidad del Caribe (Caricom). El actual presidente pro tempore de la Caricom es Guyana y en diciembre la agrupación anunció que respaldaba la posición de Guyana con relación al reclamo venezolano del territorio Esequibo. Esto constituye un enfrentamiento de Nicolás Maduro con el orden caribeño que siempre contó con él y este es un elemento adicional de cómo es la pelea que ha tenido con sus aliados naturales con los que ha contado este sistema. Y es visto entonces como un agresor y Lula da Silva aparece como un mediador y como un líder sudamericano.
Después de las declaraciones de Gustavo Petro y Lula, por los desafueros del régimen venezolano de cara a la elección del 28 de julio, el primero inició unas acciones como facilitador en la negociación del proceso electoral presidencial en Venezuela.
Petro entonces está como facilitador de una negociación y el grupo de Puebla pide, por su parte, que permitan la inscripción de Corina Yoris como candidata presidencial. Y, como se sabe, ya llegaron a Venezuela los observadores electorales de la Unión Europea y, entretanto, los hermanos Rodríguez siguen hundiendo a Nicolás Maduro. Vivir una situación así a cualquiera le quita el sueño.
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Para el momento de la elaboración de este artículo, la muestra del seguimiento y respaldo a María Corina Machado en Yaracuy, a pesar de la permanente intimidación de las fuerzas represivas, evidencia que sigue creciendo. Hay que resaltar lo expresado en ese acto de calle, el cual se ha construido con base en la confianza, como dice ella misma, factor que nos permite crecer, arriesgarnos, persistir construir, triunfar. La confianza es recíproca, si tú confías confiarán en ti. Hemos construido paso a paso, día a día, redes de confianza entre millones de venezolanos.
Un ejemplo de ello lo tuvimos ayer. al instalar los equipos nacionales de los líderes más importantes del país en el segmento de los abogados, pensionados y jubilados, internacionalistas, en un primer bloque, porque los próximos días se instalan los ingenieros, educación, salud entre otros, los cuales están haciendo una labor dentro de sus segmentos para invitar, llenos de esa confianza, a todos estos profesionales a participar en la defensa del voto. Y lo hacen desde el punto de vista de nuestra líder Maria Corina Machado como marco referencial, pues es algo que va más allá de lo que es un testigo, sino el establecimiento de esa herradura virtuosa que debemos tener en cada mesa de votación, así como los movilizadores, la atención en el tema de la logística, que haya presencia ciudadana en los actos públicos de escrutinio y contraloría electoral, etc. Y eso precisamente es lo que nosotros estamos haciendo con la base del Programa Nacional de Organización Ciudadana.
Lo que se inició el 22 de octubre con toda esa enseñanza del día del término de un ciclo y el inicio de otro, tiene que mantener toda la esperanza y toda la inspiración a lo largo de este camino difícil, pero que también será la fuerza para que podamos producir, frente a todas las contrariedades. el mejor y mayor fruto electoral, que dé sustento al cambio político.
Las circunstancias que tenemos antes del 20 de este mes deben estar sustentadas en el espíritu del 22 de octubre, con una circunstancia que acompañe a nuestra opción presidencial, inspirada en el mensaje de esa histórica fecha. Lo que comenzó el 22 de octubre debe continuar y concluir con ese mismo mandato. Nuestro fin es la defensa del ciudadano, las mejores condiciones de vida, el reencuentro de la familia venezolana, servicios públicos de calidad, el respeto a todos los derechos y atención a los sectores más vulnerables.
Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.