Egildo Luján Nava: Abril y la conjunción político-planetaria de Venezuela (De que vuelan, vuelan)

Egildo Luján Nava: Abril y la conjunción político-planetaria de Venezuela (De que vuelan, vuelan)

La astrología es la ciencia que se ocupa del estudio de la posición y del movimiento de los astros, como medio para predecir hechos futuros y hasta para dar a conocer el carácter de las personas. En el mundo, son millones de personas las que creen en las influencias astrológicas, y hasta rigen sus vidas, según los pronósticos de esta ciencia. Ciencia de la que, por cierto, son muchos los que niegan su calificación como tal. Por su parte, el Castellano, con sus expresiones populares, dichos y diminutivos, es considerado el idioma más rico y expresivo del planeta.

Y en un adentramiento general , a propósito del tema, es por eso por lo que cuando se deja sentir la afirmación alusiva a lo que traduce la afirmación relacionada con la manifestación popular sobre el dicho “DE QUE VUELAN, VUELAN”, se hace presente la convulsionada realidad que traduce el llamado mundo venezolano, con base en el alcance de lo que expresa el exigente mes de abril, cuya manifestación existencial se proyecta en 2024 con una imponente característica.

Mejor dicho, con las características propias de un convulsionado espacio tropical, y que en abril del 2024 hace posible el arribo a un punto tan crítico de acontecimientos, y que ni el famoso boticario francés Michel de Notre-Dame (14/12/1503 – 2/7/1566), más conocido como NOSTRADAMUS, por su tan leído libro de profecías, hubiera podido dar un pronóstico futurista sobre la Venezuela de hoy y su, además, innegable y complicada existencia.





¿Y a qué viene el racionamiento y la reflexión? Desde luego, al hecho de que el régimen -o Gobierno actual- ya tiene 25 años en el poder. Es decir, el llamado período en el que superó negativamente todas las escalas de medición social a nivel mundial, como es el caso de: violaciones de derechos humanos, niveles críticos de pobreza, corrupción, protestas sociales, devaluación de la moneda, malos servicios públicos, estampida migratoria e inseguridad, entre otras. ¿Hasta llegar a dónde? La consecuencia fehaciente de lo sucedido habla por sí sola. Y es que el grado actual de simpatizantes del régimen no supera un10%, al igual que lo que sucede con la mayoría de los identificados como partidos de oposición y sus líderes, quienes tampoco superan ese porcentaje.

En cuanto a la economía en general, la misma está prácticamente paralizada, al igual que la industria petrolera, otrora garantía energética del mundo occidental, pero que en Venezuela se encuentra en un total deterioro, además de sancionada en el orden internacional.

Por su parte, la sociedad civil, pueblo o soberano, ya dejó de creer en el Gobierno, como tampoco lo hace con los llamados partidos políticos de la oposición y sus dirigentes, todo lo cual describe un confuso e incierto panorama, además de sombrío porvenir.

Sin embargo, para todos aquellos que creen en un Dios todopoderoso y aceptan que LOS TIEMPOS DE DIOS SON PERFECTOS, entre el año pasado y lo que va del actual en curso, en el país sucedió lo impredecible. Y se trata de que, como se expresa en el ámbito popular, se suscitó “algo inédito y milagroso”. ¿Sí? Y es que, luego de casi 20 años de lucha por la recuperación de la democracia, surgió una DOÑA BARBARA en Venezuela; reapareció la figura de una mujer emblemática, como alguna vez la identificó el escritor Rómulo Gallegos. Una especie de heroína, tal como la describió dicho escritor en su famosa novela, publicada en 1929, y ambientada en los Llanos del estado Apure en Venezuela.

Desde luego, es dicha identidad, hoy personificada por la ingeniera María Corina Machado. Aquello que ha emergido con un empoderamiento femenino, aprovechando el concepto del arraigado matriarcal y familiar, típico no solo en Venezuela, sino también en una multiplicidad de regiones de América Latina. Y que lo ha hecho, recorriendo el país, llevándole al pueblo su protesta y mensaje cargado de sentimientos, como de esperanzas y de solidaridad, sin señales de autoritarismo ni de falsas promesas . Pero, además, haciéndose acreedora de una gran admiración colectiva, como de aprecio y de respaldo popular de más de un 90% de la población.

Lo obvio es lo mismo que hoy ya se conoce dentro y fuera del territorio nacional. Como es que este fenómeno atrajo a todo tipo de rivalidades políticas, al extremo de provocar una serie de acciones de las llamadas “marramucias” opositoras de todo tipo para evitar el ascenso a la Presidencia de la República de la citada profesional, al extremo de provocar su conversión en víctima, inhabilitándola ilegalmente.

Lo cierto es que hoy, mientras el verano cierra sus puertas y le abre las suyas a las lluvias llaneras venezolanas, esta especie de nueva DOÑA BARBARA ha logrado captar la atención, el aprecio y las simpatías no sólo en Venezuela, sino también en el orden internacional. ¿Y cómo lo ha hecho.? Desde luego, promoviendo una especie de justa cruzada cívica salvadora de y para Venezuela.

Y es por eso por lo que el 23 de abril, cuando todo parecía haberse perdido políticamente para el país y los venezolanos, surgió una llamada especie de “CONJUNCIÓN SOCIOPOLÍTICA PLANETARIA” en Venezuela, al extremo de que, con la propuesta política, se dio lo que se consideró una alineación. Es decir, aquello que, con su presencia y opiniones, algunos análisis pasaron a atribuirle una especie de tratamiento “justiciero y apaciguador” en un país en el que, poco a poco, lo que ha venido emergiendo es la difusión de la importancia de la conversión de la justicia y de la sanción, en respuesta ante la necesidad del cumplimiento de la norma, de la Ley, de la Justicia.

El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, como de varias Comisiones, que incluye a una del gobierno norteamericano, de las Naciones Unidas, de la Unión Europea, además de opiniones y sugerencias de los Presidentes de Brasil y de Colombia, entre otros, han planteado y propiciado una salida democrática en y para Venezuela. Inclusive, a partir de las 2 de la tarde del día de lo expuesto, cuando todo parecía negativo y no se vislumbraba posibilidad alguna de ningún Acuerdo para la posible inscripción de un Candidato que representara a la oposición, y apoyado por la llamada representante de la oposición, surgió el Acuerdo y la razón.

Se trató del hecho que permitiría que se inscribiera como Candidato Único de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y otros partidos, un ilustre y desconocido venezolano. Se trató del diplomático y del Embajador Edmundo González Urrutia, y, con dicha persona, emergió la representación simbólica de la figura del candidato conciliador y, de acuerdo a las apreciaciones políticas de los medios de comunicación social nacional e internacional, de quien pudiera convertirse en el futuro Presidente de la República de Venezuela.

Por supuesto, en el ambiente político venezolano se considera muy importante para la democracia criolla y Latinoamericana lo que ha sucedido en el país, a propósito del hecho descrito en materia electoral de las últimas semanas. Subestimar la importancia de cada uno de los hechos alusivos a la relación que se suscitó con el acontecimiento venezolano e internacional comentado, equivaldría a la intención anulatoria de lo que no se puede anular. Además de que, de hacerlo en tales términos, equivaldría a una imborrable pretensión, como es: minimizar la importancia del paso dado por la dirigente María Corina Machado, en favor de lo que luego pasaría a convertirse en el respaldo estratégico del embajador González Urrutia. Pero, además, sacrificando ella, injustamente, su merecido y seguro triunfo presidencial, permitiendo y propiciando el camino del rescate, de la paz, y de la reconciliación y progreso del país.

Como lo han expuesto aquellos que confían en los alcances del paso político que se está dando en el país, “es el momento de rogarle a Dios que, con su bendición y buenos deseos por la paz y el progreso en Venezuela, permita que, a corto plazo, puedan regresar al país los seres queridos y compatriotas que hoy se encuentran fuera de Venezuela”.