Guido Sosola: Érase El Toco

Guido Sosola: Érase El Toco

Guido Sosola @SosolaGuido

Desde principios del siglo XX, nuestro país gozó de extraordinarios comediantes que sólo necesitaban de una mayor difusión radial, como en efecto se logró, y más tarde televisiva. Obviamente, con emisoras privadas en medio de un extraordinario y duradero auge de la industria publicitaria.

Mis padres se divirtieron mucho con Frijolito y Robustiana, todo un fenómeno que, desde mediados de los años cuarenta, dio de qué hablar. E, incluso, Ana Guinand y Carlos Fernández, los talentosos actores, constituyeron toda una referencia nacional, como ocurrió poco a poco con los talentosos que hicieron la Radio Rochela y su casi infinito relevo hasta que tropezamos con la gigantesca muralla que comenzó a construirse desde febrero de 1999 para el mundo del espectáculo realmente competitivo.

En el curso de las peores dificultades, como los de la violenta década de los sesenta, la gente sonreía con sus ídolos de la farándula. Tengo la impresión que ya, desde mediados de los setenta, con las iniciales bonanzas petroleras, por una parte,  gracias a la creciente pérdida de valores, banalizada al extremo nuestra sociedad, la comedia se vio afectada por determinados intereses políticos, desarrollando intenciones insanas, pero, por otra, fue tal el derroche de talento, gozando de las libertades fundamentales, que la programación masiva lograba sobrevivir con un nivel importante de calidad a pesar de esas intenciones.





Anoche me enteré que Eustoquio Gómez López, conocido como “El Toco”, falleció y, como a muchísimo de sus colegas, le faltó más mercado y estudio de mercado para destacar, pues, tenía varias herramientas que fueron desaprovechadas: yo diría que sus gestos, por ejemplo, parecido un poco a Buster Keaton, salvadas las distancias. Tuvo un buen éxito comercial, pero quedó a la postre como un recurso secundario de la programación, con fallidas películas como “Los tracaleros”de Alfredo Lugo (1977).

En las redes, hay una buna crónica como la de Mario Valdés (https://revista.eneltapete.com/eneltapete/notas/21625/toco”-gomez-llegue-a-venezuela-en-vientre-como-los-pura-sangre), y hasta me sorprendo de tener en mis archivos una portada de Momento de 1971 en la que El Toco aparece con Ariel Fedullo y su famoso personaje femenino. En todo caso, esa Venezuela que fuimos, resultado del período concreto en el que se recogió la cosecha de la OPEP, cuyos alcances nadie sospechó al nacer, se está diluyendo, y, un comediante suplente, así terminó con Joselo, como Napoleón Deffit, tan estrella como la banca de los Rojos de Cincinati de 1970, se ha ido de este mundo