Hace 70 años iniciaba la era del rock: un grupo de música country, una grabación desastrosa y la ayuda de un niño melómano

Hace 70 años iniciaba la era del rock: un grupo de música country, una grabación desastrosa y la ayuda de un niño melómano

Bill Haley & His Comets en 1956, interpretando “Rock Around The Clock “-

 

Bill Haley, al frente de su banda -Bill Haley and His Comets-, lanzó hace 70 años su tema “Rock Around The Clock” y lo transformó en un éxito mundial, marcando el inicio de la era del rock. El éxito no solo fue comercial. La banda dio a luz un tema que revolucionó la música, simbolizó el cambio generacional y cultural que se estaba gestando. Jóvenes de todo el mundo encontraron en el rock un medio de expresión único, diferente a cualquier cosa que sus padres hubieran escuchado. Y “Rock Around the Clock” fue la primera canción en alcanzar el número 1 en las listas de Billboard– la prestigiosa lista de los discos más vendidos de Estados Unidos-. Se estima que aquella grabación, que superó la venta de 40 millones de discos. Algunos especialistas estiman que llegó a los 200 millones.

Por infobae.com





A principios de los años cincuenta, era poco previsible que una canción iba a lanzar a la fama a un intérprete al mando de una agrupación de country y western llamada Saddlemen. Las expresiones musicales de aquella época estaban en plena transición, dejando atrás géneros como el jazz, el country y el blues, y en la búsqueda de nuevos sonidos para una energía emergente que necesitaba ser canalizada.

Los Saddlemen pasaron a ser Bill Haley and His Comets, por el cometa Halley gracias a un productor visionario que sugirió renombrar la banda. El primer éxito que tuvieron fue “Crazy man, crazy”, que sería la primera canción de rock en ingresar a los Billboard, que además musicalizaba un programa de televisión protagonizado por James Dean. Entusiasmados, intentaron darle difusión a ”Rock Around The Clock”, con letra de Max Freedman y composición de Jimmy Myers, quien utilizó el seudónimo de Jimmy DeKnight, pero para su sorpresa fue rechazado por su discográfica. La banda no se rindió. Estaban en la cresta de la ola.

Una grabación accidentada

La canción fue grabada el 12 de abril de 1954. Una jornada memorable por lo mala que había sido. Ese día nada podía salir peor. La banda llegó dos horas tarde al estudio de grabación. Los primeros noventa minutos se dedicaron exclusivamente a ensayar “Thirteen Women (and Only One Man in Town)”, el tema negociado con la discográfica. Tuvieron que grabarla seis veces, porque los productores no estaba satisfecho con los resultados. A las cinco de la tarde, debían desocupar el estudio, lo que les dejaba únicamente cuarenta minutos para lucirse con “Rock Around The Clock”. Ante la presión del tiempo, la posibilidad de lograr una grabación exitosa parecía improbable. Todo iba de mal en peor. La letra era corta. La voz de Haley apenas se distinguía. Le agregaron un solo de guitarra de otra canción (Rock the Joint) para hacer estirarla y que tuviera más fuerza. Para enmendar errores, grabaron primero la voz del cantante y luego el sonido de la banda para mezclarlos después.

El 10 de mayo de 1954 el tema que tanto les interesaba y tras una grabación accidentada se lanzaba en el Lado B del álbum, donde morían las canciones consideradas menos importantes. El protagonismo era de “Thirteen Women (and Only One Man in Town)”.

Conforme a lo esperado, “Rock Around The Clock” no causó un impacto inmediato en el mercado. A pesar de haberse escuchado en la radio y de haber vendido algunas copias, algo que fue suficiente para renovar el contrato con el sello discográfico, no se aproximó ni por asomo al éxito estruendoso que se viviría un año después. La suerte de “Crazy Man, Crazy” había sido otra. Había vendido 750,000 ejemplares, superando diez veces las ventas de “Rock Around The Clock” en su lanzamiento.

El impulso decisivo vino de parte de Peter Ford, un chico solitario y melómano de nueve años que vivía en Beverly Hills que pasaba mucho tiempo escuchando discos que se compraba en la tienda del barrio, gracias a su madre, que le permitía darse esos gustos. Se compró el sencillo, y descubrió que en el lado B del disco había una canción con un “gran ritmo de batería” que llamó su atención, y compensó la compra del disco que calificó como horrible. Sin embargo, la recomendó a su padre, el célebre actor de Hollywood Glenn Ford, que la tomara en cuenta como banda sonora. Esta sugerencia resultó ser trascendental que cuando el director Richard Brooks buscaba una canción para su nueva película, “Blackboard Jungle”, conocida en español como “Semilla de Maldad”, el consejo de ese niño fue escuchado.

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