Trabajó con Meryl Streep, logró cumplir el sueño americano y ahora debuta como director en Hollywood - LaPatilla.com

Trabajó con Meryl Streep, logró cumplir el sueño americano y ahora debuta como director en Hollywood

Juan Pablo Di Pace tiene 44 años y actualmente vive en Los Ángeles, California
Foto cortesía de Juan Pablo Di Pace

 

Juan Pablo Di Pace, actor y director de cine argentino, se considera a sí mismo un ciudadano del mundo y su historia personal da fe de eso. Cuando era muy joven, se mudó a Europa y poco a poco encontró su camino. A sus 34 años, tomó la audaz decisión que lo cambió todo: buscar su lugar en Hollywood, una aventura total en el “sueño americano” en Estados Unidos. Con una visa O-1 en la mano, dio el primer paso en una ruta llena de desafíos y choques culturales.

Por La Nación





Nacido en Argentina, Di Pace pronto descubrió su pasión por las artes escénicas y se embarcó en un viaje internacional para perseguir sus sueños. Primero en Italia y luego con un comienzo de su carrera profesional en Reino Unido, a los 19 años.

“Mi recorrido en la interpretación ha sido siempre medio por la puerta del costado”, compartió en diálogo con LA NACION. “La transición de país fue dura porque Londres es muy ajena a nosotros, los argentinos e incluso a Italia. Tuve que crecer muy rápido y autoabastecerme solo en un país anglosajón, con idioma nuevo, cultura distinta y mucho cielo gris”, agregó.

Su recorrido lo llevó a participar en diversos musicales y películas e incluso llegó a figurar en producciones como Survival Island (2005) y Mamma Mia (2008). Posteriormente, se trasladó a España, donde protagonizó varias series de televisión durante cuatro años, antes de decidirse a perseguir el sueño americano.

“Me hizo bien y aprendí mucho en España, sobre todo a ser protagonista, a la responsabilidad y la presión que esto conlleva”, dijo. En un momento preciso, entendió que sus días en ese país estaban contados, porque lo llamaba el lugar al que siempre había querido: Los Ángeles. Y así fue, hizo las valijas y sin tener un plan concreto, se dirigió a Hollywood.

El desafío de ser actor en Estados Unidos

Juan Pablo Di Pace se considera a sí mismo un ciudadano del mundo, debido a que ha vivido en cinco países en distintos periodos de su vida. “Una experiencia que me cambió la vida”, reconoce. A sus 34 años, como muchos actores latinos, apuntó alto hacia La Meca del cine.

Así, dejó atrás su vida en Europa, con una visa O-1, que le otorga la oportunidad de trabajar en EE.UU. por dos años y solo se le concede a personas que poseen habilidades extraordinarias en las ciencias, artes, educación, negocios o atletismo, se sumergió de lleno en el competitivo mundo del entretenimiento. Luego aplicó a la green card, que finalmente obtuvo. “Los Ángeles se ha convertido en mi hogar, y me imagino viviendo acá por mucho tiempo”, comentó.

Apenas aterrizó en el lugar de “las oportunidades”, su primera audición fue en la serie Dallas, en la que empezó a trabajar a la semana. El momento era propicio, en una época en la que figuras como Eva Longoria y Sofía Vergara estaban en la cima de su carrera, los actores latinos se convertían en los más buscados en la industria.

Uno de sus personajes memorables fue Fernando, en la exitosa serie estadounidense de Netflix, Fuller House Foto Instagram @juanpablodipace

 

“Fue una mezcla de timing y de estar preparado para ese momento”, reveló a LA NACION. Su versatilidad lo llevó a interpretar una amplia gama de personajes, desde el carismático Nicolas Treviño en la serie de drama de TNT hasta el encantador esposo de Kimmy Gibbler, Fernando, en Fuller House. Sus créditos como actor también incluyen la premiada representación de Jesucristo en A.D. The Bible Continues, la miniserie televisiva de NBC, que considera una de las más significativas de su carrera.

Aun con tantos éxitos en su haber, el camino en Estados Unidos también lo enfrentó con otros retos que no suelen mencionarse, como tener que adaptarse a la vida estadounidense: “Como argentino, al haber vivido 17 años en mi país y 17 en Europa, mi idiosincrasia no es nada Norteamericana, la forma de pensar, mi humor, etc. Así que quizá el desafío fue más en lo social que en lo laboral (…) Después de 10 años ya encontré mi grupo, mi gente”.

Di Pace no olvida sus raíces y hay algo de la Argentina que anhela en EE.UU.: “La familiaridad entre las personas, esa camaradería que existe cuando escuchas ese acento nuestro en otra persona, como si te conocieras de toda la vida (…) Extraño la comida, las charlas con amigos y por supuesto mi familia”, compartió.

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