Día mundial de té: de sabores distintivos a una receta para cada momento, los secretos develados por una experta

Día mundial de té: de sabores distintivos a una receta para cada momento, los secretos develados por una experta

La calidad del té depende de la selección de buenos ingredientes y perfiles de aroma adecuados, según Inés Berton (Imagen Ilustrativa Infobae)

 

Este martes 21 de mayo, el mundo celebra el Día Internacional del Té, una conmemoración promovida desde 2019 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por infobae.com





Según la FAO, esta efeméride “es una oportunidad para celebrar el patrimonio cultural, los beneficios para la salud y la importancia económica del té, mientras se trabaja para que su producción sea sostenible ‘del campo a la taza’, asegurando que sus beneficios para las personas, las culturas y el medio ambiente continúen por generaciones”.

La ONU, en tanto, precisa que el té “proviene de la planta Camellia sinensis y que es “la bebida más consumida del mundo, después del agua. Se cree que se empezó a cultivar en el noreste de la India, el norte de Myanmar y el suroeste de China, pero se desconoce el lugar exacto donde creció la planta por primera vez”.

Además de su historia fascinante, el té tiene una versatilidad notable: puede disfrutarse en saquitos, en hebras, o incluso en hojas de plantas, adaptándose a las preferencias individuales y momentos del día.

Para conocer en detalle cómo se logran los sabores más exóticos del  y por qué es tan preciada esta infusión para la humanidad, Infobae conversó con Inés Bertón, una experta en el arte del tea blending.

Este oficio, meticuloso y delicado, consiste en la habilidad de mezclar especias, hierbas y pétalos de flores para crear una sinfonía de aromas y sabores en cada taza de té. Bertón, con su experiencia y conocimiento, transforma ingredientes sencillos en una experiencia sensorial compleja y gratificante.

El proceso de creación no es solo una tarea técnica, sino una labor artística que requiere un profundo entendimiento de los componentes y sus interacciones. La fusión de estos elementos se realiza con precisión para obtener el equilibrio perfecto, logrando que cada sorbo sea un viaje de descubrimiento y placer para el paladar.

“Lo aprendí de una mentora japonesa -introdujo Bertón-: hay un modo tradicional de contar el té como un lenguaje. Con los años lo siento más así. El Dalai Lama, a quien tuve la suerte de preguntarle sobre esto, cree que el té es el arte de ritualizar la hospitalidad. Es decir, hacer de la hospitalidad un ritual. El té siempre tiene que ver, más en estos tiempos en los que se corre tanto, con poder tomar una taza y silenciarse por un ratito. Pausar y dejarse encontrar; aquietarse un poco”.

¿Cómo es posible que esta infusión genere sensaciones placenteras asociadas con la calma y el bienestar? Así lo describió la experta: “Por un lado, tiene que ver con cómo se prepara. Agua, sensibilidad y paciencia son los tres pilares del té para lograr color, cuerpo y aroma, que es lo que uno busca. La paciencia para esperar Todo eso tiene que ver con pausar. En muchos países, especialmente en India y en Japón, el té va de la mano con meditación, yoga y todas las disciplinas relacionadas con la calma”.

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