Rubén Chirino Leañez: Atentos al Síndrome de Estocolmo electoral venezolano

Rubén Chirino Leañez: Atentos al Síndrome de Estocolmo electoral venezolano

Una incómoda realidad que hay que anticipar y advertir

Al Síndrome de Estocolmo se le conoce como una reacción psicológica en la que una víctima de secuestro o abusos, desarrolla sentimientos positivos hacia sus captores o abusadores. El término surgió debido a un incidente de secuestro que duro 6 días, y que se produjo el 23 de agosto de 1973, en el banco Kreditbanken en Estocolmo, Suecia. En el evento los rehenes desarrollaron vínculos emocionales con sus secuestradores durante un robo al banco. Los síntomas que caracterizan al síndrome de Estocolmo, son los sentimientos de complicidad y afecto hacia los captores, el inexplicable resentimiento hacia las autoridades o factores que intentan ayudar y una rotunda negación de testificar en contra de los captores. A este síndrome, se le considerada un mecanismo de supervivencia para manejar el trauma de la situación. 

Ahora bien, en la particular y crítica situación que vive Venezuela, entre varios rasgos, destaca la persecución y amedrentamiento político oficialista, el cual ha escalado a niveles escandalosos e inaceptables, al punto de que cerca del 60% considera que, en Venezuela, hay inseguridad política por expresar ideas o protestar en contra del chavismo. Ha sido tan desmedida y sistemática la situación, que hasta jóvenes adolescentes menores de edad han sido encarcelados por protestar, así como algunos creadores digitales o ciudadanos de a píe que expresan su descontento y deseos de cambios en redes sociales. También hay que mencionar la detención en el país de periodistas y muchísimos activistas políticos de talla nacional y regional, todo este conglomerado en general, supera ampliamente los 2000 presos políticos, que, al ser irregularmente detenidos en Venezuela, inicialmente son calificados de manera popular, como secuestrados.





Aunque parezca un trabalenguas, hay que preguntar ¿Cómo se “venezolaniza y electoralíza” el Síndrome de Estocolmo?, se da cuando entre los presos políticos selectivamente excarcelados, surgen algunos políticos que promueven el mismo discurso electoral y de dialogo del chavismo. Primero debemos recordar que este fenómeno no es nuevo, y consigue su principal caldo de cultivo, en los niveles de urgencia que tenga el chavismo, por legitimidad democrática y “normalización” de la vida nacional, niveles de urgencia que en la actualidad y sin lugar a dudas, son los más elevados en los últimos 25 años de era chavista. Nada aparentemente más efectivo, que una víctima no víctima

Hoy como nunca antes, Maduro y el chavismo, los cuales poseen una precaria base política de alrededor del 10%, necesitan de reanimar el temario electoral, ignorando torpemente la elección del 28 de julio de 2024. Pero para esto, necesitan con extrema urgencia de la sempiterna oposición complaciente electorera, esa que no motiva a más del 70%, pero siempre engaña al 6% de militancia partidista, para así crear un artificial y completamente controlado evento electoral, uno donde los perdedores no objetan irregularidades ni resultados. Esta necesidad es también imperiosa para el chavismo, habida cuenta de que más del 73% no cree ni confía en el ente electoral.  

Por lo antes mencionado, hay que hacer sanos y lógicos ejercicios de anticipación de escenarios. Por tanto, si el tiempo y las circunstancias lo permiten, tengan la certeza que, dentro del grupo de los presos políticos por excarcelar, habrá uno que otro que promoverá diálogos y sería candidato en elecciones.

Todo esto es incómodo de tratar, no es nuevo para los venezolanos, pero si puede ser novedoso para esa pequeña parte de la comunidad internacional, que hoy mira, y aún no entiende lo que pasa en Venezuela

Rubén Chirino Leañez es presidente de Meganalisis