
El nombre de Zaida Andrea Sánchez, alias La Diabla, empezó a circular en medios de comunicación a principios de 2025, cuando investigadores revelaron que, supuestamente, el ataque armado en el que murió la familia de pastores de Aguachica, Cesar, habría sido planeado para ella. Cuatro semanas después de esa masacre fue asesinada en Medellín y los responsables serían dos hermanos de nacionalidad venezolana.
SEMANA conoció los principales hallazgos del estudio que realizaron la Policía Nacional y la Fiscalía para dar con el paradero de los autores materiales de este homicidio, ocurrido el 22 de enero, sobre las 7:50 p. m., a las afueras de un reconocido hotel del barrio Naranjal, de la capital de Antioquia. El registro de las cámaras de seguridad, interceptaciones telefónicas y entrevistas de testigos fueron determinantes.
La tesis de los detectives es que los hermanos José Gregorio y Estarlin Oswaldo Morgado Herrera estuvieron detrás del hecho. Ambos acudieron a una compraventa del centro de la ciudad para adquirir la motocicleta que transportó al sicario esa noche para acabar con la vida de alias La Diabla: negociaron por varios minutos un automotor que valiera menos de dos millones de pesos y terminaron pagando un millón novecientos.
La hora cero
Los investigadores reconstruyeron el minuto a minuto de la situación. Al parecer, Estarlin Oswaldo habría seguido el homicidio desde un establecimiento comercial de la comuna del estadio y José Gregorio habría conducido la motocicleta que llevaba al sicario que, sin mediar palabra, accionó su pistola en varias oportunidades en contra de la mujer, que en ese momento revisaba un golpe en su carro.
Uno de los testigos relató que el homicida tenía un teléfono en la mano, estaba aferrado al arma de fuego y escapó de inmediato en la moto, la cual minutos más tarde apareció abandonada a pocos metros del sitio de la emergencia con una huella y una chaqueta negra, elementos analizados por los detectives. Posteriormente, los criminales se cambiaron de ropa y volvieron a caminar como si no hubiera pasado nada.
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