
Las inundaciones no solo provocan daños materiales y pérdidas humanas, sino que también pueden desencadenar graves problemas de salud debido al contacto con agua contaminada.
Por: National Geographic Latinoamérica
Cuando el agua retrocede, aumenta el riesgo de propagación de diversas enfermedades, como ocurrió en Bahía Blanca, Argentina, en marzo de este año 2025.
La contaminación del agua con desechos, residuos fecales y microorganismos patógenos genera un ambiente propicio para infecciones que pueden afectar a la población.
Entre las enfermedades más comunes tras las inundaciones se encuentran la leptospirosis, causada por bacterias transmitidas por ratas; el tétanos, que puede ingresar al organismo a través de heridas; y la hepatitis A, que se propaga por el consumo de agua o alimentos contaminados.
También son frecuentes las enfermedades diarreicas, como el cólera, así como la proliferación de piojos y sarna debido a la falta de higiene en refugios temporales.
El agua estancada favorece la reproducción de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue y la fiebre amarilla. Además, los parásitos presentes en el agua y los alimentos contaminados pueden provocar infecciones intestinales como la giardiasis y la ascariasis.
Para reducir los riesgos, los expertos recomiendan evitar el contacto con el agua de inundaciones, especialmente si hay heridas abiertas.
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