
En 1992, un hallazgo inesperado en Ámsterdam permitió recuperar una copia perfectamente conservada de la película muda “Blancanieves” (1916), dirigida por J. Searle Dawley. Este descubrimiento rescató del olvido una de las primeras adaptaciones cinematográficas del famoso cuento de los hermanos Grimm, que durante décadas se creyó perdida tras un incendio.
Por Infobae
Según informó National Geographic, esta versión no solo marcó un hito en la historia del cine, sino que también inspiró al joven Walt Disney a crear su icónica película animada de 1937. Sin embargo, esta no es la única reinterpretación de la historia que ha dejado huella en la gran pantalla.
El cuento de “Blancanieves”, recopilado por los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm en 1812, fue adaptado en múltiples ocasiones, cada una reflejando las tendencias y sensibilidades de su época.
Aunque la versión de Disney es la más conocida, otras producciones han ofrecido perspectivas únicas y, en algunos casos, sorprendentes. Estas reinterpretaciones, según detalló National Geographic, abarcan desde el cine mudo hasta el musical, pasando por la animación experimental y las parodias satíricas.
La primera Blancanieves del cine: el legado de 1916
La película de 1916, dirigida por J. Searle Dawley, fue una adaptación directa de una obra teatral escrita y dirigida por el productor Winthrop Ames.
Esta obra, que había sido la primera en Estados Unidos diseñada específicamente para un público infantil, se basaba fielmente en el cuento de los Grimm. La actriz Marguerite Clark, quien ya había interpretado a Blancanieves en el teatro, retomó el papel en esta versión cinematográfica.
De acuerdo con National Geographic, esta película no solo fue pionera en llevar el cuento al cine, sino que también influyó profundamente en la visión de Walt Disney.
Décadas después, Disney transformaría la historia en el primer largometraje animado de la historia, consolidando a Blancanieves como un ícono cultural.
Betty Boop y el jazz: una Blancanieves animada en 1933
En 1933, los estudios de los hermanos Fleischer presentaron una versión animada del cuento protagonizada por Betty Boop, uno de los personajes más populares de la época. Este cortometraje, que reinterpretó la historia de manera libre, incluyó a personajes como Bimbo y Koko el payaso, quienes asumieron el papel del cazador enviado por la Reina Malvada.
Según consignó National Geographic, esta adaptación destacó por su innovación técnica y artística, especialmente en un número musical animado que contó con la participación del cantante de jazz Cab Calloway.
A través de la técnica de rotoscopia, los movimientos de Calloway fueron transformados en una secuencia animada en la que Koko el payaso se convierte en un espectro danzante. Este enfoque experimental convirtió al cortometraje en una pieza única dentro del cine de animación.
La película de 1916, dirigida por J. Searle Dawley, fue una adaptación directa de una obra teatral escrita y dirigida por el productor Winthrop Ames.
Controversia en tiempos de guerra: “Negra de carbón y los siete enanos”
En 1943, Warner Bros. lanzó una parodia de la versión de Disney titulada “Negra de carbón y los siete enanos”, como parte de su serie de cortometrajes animados “Fantasías animadas de ayer y hoy”. Ambientada en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el auge del jazz, esta producción utilizó estereotipos racistas para representar a los personajes, lo que generó controversia incluso en su época.
National Geographic informó que, debido a su contenido ofensivo, la película fue censurada en 1968 por United Artists, la compañía que adquirió sus derechos. Desde entonces, se prohibió su distribución en cualquier formato, convirtiéndola en un ejemplo de cómo las sensibilidades culturales evolucionaroncon el tiempo.
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