
En la madrugada del 1 de mayo de 2010, Shannan Gilbert llamó al 911 y aseguró que estaban a punto de matarla. Esa noche, se iba a encontrar con un cliente, pero no se supo más nada de ella, más que esa llamada desesperada.
Por TN
Tras su desaparición, la madre de la joven, Mari Gilbert, acudió a los medios de comunicación para dar a conocer el caso de su hija, ya que afirmaba que la policía de Long Island, en Nueva York, no hacía lo suficiente para acelerar la investigación.
Poco después, la familia de Shannan recibió la peor noticia: la policía había encontrado los restos de una mujer en una playa llamada Gilgo Beach. Sin embargo, en cuanto fueron a reconocer el cuerpo, se dieron cuenta de que no era ella.
Dos días más tarde, los investigadores regresaron a la zona en busca de más pruebas y fue ahí cuando se encontraron con el horror. En esa misma costa, hallaron otros tres cadáveres de mujeres, pero ninguna de ellas era Gilbert.
Fue así cómo se inició una búsqueda incansable para dar con el paradero del “asesino serial de Long Island”.
Chicas desaparecidas
Maureen Brainard-Barnes tenía 25 años, era trabajadora sexual en Nueva York y era madre de una nena menor de edad cuando desapareció el 9 de julio de 2007. Días antes de que se la viera por última vez, había recibido una orden de desalojo, por lo cual tenía que conseguir una gran suma de dinero en cuestión de pocos días.
Sin embargo, Maureen dejó de contactarse con sus familiares y sus amigos, por lo que su ausencia comenzó a generar preocupación.
Sus allegados iniciaron una búsqueda en la ciudad neoyorkina y recibieron muchas pistas falsas, por lo que durante mucho tiempo, todas las preguntas no tuvieron respuesta.
Melissa Barthelemy era una joven que había crecido en la ciudad de Búfalo. Se recibió como cosmetóloga y su sueño era trabajar en un salón de belleza, por lo que decidió mudarse a Nueva York en busca de más oportunidades.
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