Camión cisterna aplastó a una mujer

Cortesía diario La Verdad

Ovidia del Carmen Flores Doria se paró en medio de la calle 113 del barrio La Mano de Dios, sacó de sus bolsillos una moñera para recogerse el cabello, y un camión cisterna se la llevó por delante. En las manos de la amiga quedó la bolsa con el pote de mantequilla que salieron a comprar minutos antes. Texto La Verdad.

Las amigas dejaron el almuerzo a la mitad para comprar el ingrediente faltante en la tienda que está a tres cuadras del lugar de los hechos, en la parroquia Domitila Flores, municipio San Francisco. El camión azul y blanco, placa 551AAP, la impactó y arrastró por el asfalto pasando las morochas por su cuerpo.

“Le grité al chofer que se detuviera porque la había arrollado, pero no me hizo caso y ya era tarde. Ovidia quedó debajo de las morochas traseras”, dijo la acompañante. Quien conducía la unidad no dudó un segundo para salir corriendo y abandonar tanto el cuerpo agonizante de Flores Doria, como el cisterna.





El conductor aprovechó la confusión. Se bajó sigilosamente del camión, se mezcló entre los vecinos y huyó.

Algarabía

La cobardía del chofer enardeció a la comunidad. Los gritos de la acompañante de Flores estremecieron toda la calle. Uno a uno se acercaron los curiosos. Al escuchar la historia de la amiga se enfurecieron. Tomaron piedras y palos y arremetieron contra el vehículo. Le partieron los parabrisas y el vidrio frontal. Cuando se preparaban para quemarlo llegó la primera patrulla y se los impidió.

“No entregaremos el camión hasta que aparezca el responsable”, repetían unos vecinos a los oficiales, mientras otros buscaban por las inmediaciones de la comunidad al responsable. Insistentemente le preguntaron a la amiga de Ovidia cómo era, cómo estaba vestido, pero esta les respondió hasta la saciedad que no recordaba. “Fue muy rápido y no lo vi”.

Los polisur que se hallaban en el sitio pidieron, a través de radiotransmisores, refuerzos para controlar la situación que se estaba saliendo de control. Tuvieron que luchar junto a funcionarios de Tránsito Terrestre y la Policía científica para retirar el cadáver y trasladar el camión hasta un estacionamiento judicial.

Celebración frustrada

Jordi Briceño, expareja de la occisa y padre de cinco de sus niños, dijo que Ovidia había salido de su casa a comprar mantequilla para hacer una torta a una de sus hijas que estaba de cumpleaños y luego iría a la peluquería. Entregaba el producto a su amiga cuando la mataron.