Omar Ávila: La tergiversación o ambigüedad oficialista del 23 de Enero

Los venezolanos desconocemos el paradero y estado de salud del Presidente reelecto Hugo Chávez, por el ocultamiento del Gobierno Cubano que se aferran a nuestro tesoro público con la complicidad traidora, de quienes están mantenidos para defender nuestra soberanía y nuestra Constitución Nacional, condición nefasta y entredicha, que amenaza alcahuetamente mantenerse hasta que efectiva y públicamente se juramente, requisito personalísimo y fundamental, para poder asumir responsabilidades y competencias públicas, con la autoridad legítima de Presidente Constitucional. Hasta que no se produzca su juramentación pública y en la ciudad de Caracas, sólo debe de presumirse su condición de Presidente Reelecto, por lo que resulta legítimo e imperativo desconocerle cualquier otra consideración. En una oportunidad, Chávez dijo que el 23 de Enero no había nada que celebrar, fueron 3 años sin elogiar y cito palabras textuales del mismo en el año 2001: “Nuestro pueblo ya no quiere ni siquiera recordar esta fecha… porque fue el nacimiento de un régimen de 40 años de desastre”. Un año más tarde su discurso cambió.

En efecto, el año 2002, Chávez informó que el día del nacimiento de la democracia se celebraría en la parroquia 23 de Enero porque no quería que los “escuálidos” usaran esa fecha. “Es una fecha del pueblo. Ese fue el día, como sabemos, en que el pueblo se fue a las calles apoyado por algunos militares patriotas que ya se habían alzado el 1º de enero de 1958 para derrocar al gobierno de Pérez Jiménez”.
De acuerdo con la posición que tomó ese día, expresó: “Los adecos escribieron su historia a su manera, el Pacto de Punto Fijo para ser más exactos, ellos se adueñaron del proceso después del 23 de Enero”. Además, destacó las similitudes con el 4 de febrero de 1992: “Dos fechas que están íntimamente interrelacionadas a distancia” Y nombró el 23 de Enero como un “día del pueblo revolucionario”.
El  Presidente reelegido mantuvo el mismo punto de vista durante los años siguientes e intentó vincular la lucha del año 1958 con su ideología. En el 2004 aseguró que el proceso bolivariano reivindicaba “el espíritu originario y libertario de aquella fecha de rebelión civil-militar patriótica del 23 de Enero de 1958”.
Parece fin de mundo pero lo hemos visto durante 10 años celebrar, así como lo están haciendo el día de hoy los usurpadores de turno de este funesto Gobierno y decimos fin de mundo porque marchan para celebrar el triunfo de lo que ellos llaman la cuarta república (AD y COPEI) contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, a quien por cierto Hugo Chávez, una vez electo en el año 1998, quiso invitar a su toma de posesión.
El año pasado fueron ellos que se concentraron en un acto muy pequeño -por cierto en la Parroquia 23 de Enero- donde estuvo entre los oradores el prófugo de la justicia y líder del colectivo La Piedrita Valentín Santana y recordamos tal capítulo ya que escuchamos a voceros del Gobierno criticar el hecho de que en la Alternativa Democrática se haya decidido hacer una concentración para conmemorar tan importante fecha histórica.
El 23-E es una fecha sinónima de libertad y democracia. Nunca un régimen de talante autoritario y transgresor de la constitucionalidad, podrá enarbolar esta fecha con propósitos de celebración. ¿Qué van a celebrar? ¿Acaso la figura de Marcos Pérez Jiménez, en virtud de la similitud militarista que les une? El Dictador fue derrocado en aquella fecha, pero su figura intentó ser reflotada por el propio Chávez.
El menjurje histórico del oficialismo, confunde fechas y personajes, pero no podrán en esta ocasión desvirtuar la esencia de libertad y consciencia cívica implícita a la conmemoración del 23 de Enero.
@omaravila2010