Roger Noriega: John Kerry y las amenazas post-chavistas en Venezuela

John Kerry, el próximo Secretario de Estado de EE.UU. dijo en una audiencia ante el Senado el pasado jueves que “dependiendo de lo que pase en Venezuela, puede haber una oportunidad real para una transición”, aludiendo a la expectativa de que Hugo Chávez pronto podría perder su batalla contra el cáncer.

Desafortunadamente, en este mismo momento, el circulo de Chávez están haciendo todo lo necesario para mantenerse en el poder indefinidamente. Lo más que puede alcanzar Kerry es convencer a los sucesores de Chávez de poner fin a las peligrosas alianzas del régimen con el narcotráfico, Irán y Hezbollah; alianzas que plantean una amenaza cada vez mayor a los intereses de seguridad de los EE.UU.

Hasta ahora la mayor parte de la política exterior de los EE.UU. ha ignorado la creciente evidencia de que los narcotraficantes en Centroamérica, Colombia y México se han aliado con Hezbollah para llevar a cabo operaciones criminales en nuestra puerta. Resulta peor que esta alianza narcoterrorista cuenta con el apoyo y la complicidad de los gobiernos de Irán y Venezuela.  Para decirlo sin rodeos, no estamos hablando de una simple actividad criminal – se trata de una guerra asimétrica.





Por ejemplo, poco más de una año atrás los altos funcionarios iraníes sancionaron un complot para cometer un ataque terrorista masivo en la capital de nuestra nación, con el apoyo de un individuo que pensaban estaba asociado con el Cartel de los Zetas. A pesar de que el plan fue frustrado, Hezbollah continua conspirando con las redes del narcotráfico en México, América Central y del Sur como un medio para recaudar fondos,  compartir tácticas y literalmente “extender la mano y tocar” el territorio de los EE.UU.

En noviembre de 2011, las autoridades estadounidenses acusaron al narcotraficante libanés Ayman Joumaa por su participación en el contrabando de cocaína y en un esquema de lavado de dinero que recaudó millones de dólares para Hezbollah. Su red- la que fue descubierta por la Administración de Control de Drogas (D.E.A por sus siglas en inglés) y por el Departamento del Tesoro de EE.UU. – contaba con la participación de capos de la cocaína, asociados criminales y bancos corruptos en Colombia, Estados Unidos, México, Panamá, Venezuela, Líbano, Europa y África.

Las amenazas más tradicionales persisten también. En los últimos años,  México ha arrestado a numerosos individuos asociados con Hezbollah por su participación en actividades delictivas como el contrabando de personas a través de la frontera suroeste de los EE.UU. Justo en septiembre, los mexicanos interceptaron al ciudadano estadounidense nacido en Líbano, Rafic Mohammad Labboun Allaboun, quien fue condenado en 2010 por haber canalizado $100,000 a Hezbollah – también se sospecha que colaboró con terroristas de Hezbollah en Centroamérica.

En Venezuela, además del tráfico de drogas y la recaudación de fondos, Hezbollah ha llevado a cabo entrenamiento terrorista en la Isla Margarita para reclutas de Venezuela y otros países latinoamericanos. Según mis fuentes, el narcotraficante más poderoso del mundo y cabeza del Cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, manejó su negocio desde Venezuela por gran parte del 2010, viviendo en un suburbio de Caracas y en la Isla Margarita bajo la protección de Chávez.

Venezuela es una base de operaciones desde la cual dos redes terroristas desarrollan actividades proselitistas, captación de fondos, reclutamiento y capacitación de operarios en nombre de Irán y Hezbollah en América Latina. Los agentes de Hezbollah y sus colaboradores ocupan puestos de alto nivel en el gobierno venezolano y proporcionan documentos de viaje, armas y apoyo logístico a los agentes terroristas y traficantes de cocaína.

Hugo Chávez fue capaz de establecer vínculos entre Hezbollah y los narcotraficantes, debido en gran parte al hecho de que su propio régimen es un narco-Estado. En concreto, los funcionarios estadounidenses tienen información nueva que implica a Chávez, al presidente de la Asamblea Nacional, al ex ministro de defensa, el jefe del ejercito, el recién nombrado ministro adjunto del interior y a docenas de otros altos funcionarios militares en el tráfico de cocaína y lavado de dinero.  Estos funcionarios venezolanos ayudan a transportar toneladas de cocaína a Centroamérica, México, el Caribe, Estados Unidos, África Occidental y Europa. También hacen negocios, en parte, a través de empresas de fachada de Hezbollah.

Chávez también es un aliado clave de la República Islámica de Irán – asistiendo en el lavado de cerca de $30 mil millones de dólares para evadir las sanciones internacionales. Setenta empresas iraníes – algunas de las cuales han sido sancionadas por las autoridades occidentales por su apoyo ilícito al programa nuclear de Irán- operan sospechosas instalaciones industriales en Venezuela.

El nuevo equipo de Kerry debe exigir una mejor comprensión y respuestas a estas amenazas olvidadas. De hecho, esa es la ley: a finales de diciembre, el presidente Obama firmó una ley bipartidista que requiere que el poder ejecutivo elabore una estrategia para hacer frente a la ofensiva de Irán en las Américas. Una vez que la administración proponga un plan, el Congreso debería asegurar los recursos necesarios a la seguridad nacional, la policía y las agencias de inteligencia para que estas puedan responder de manera urgente y eficaz.

Como medida inmediata, la participación complicita de los altos funcionarios y de las grandes empresas estatales venezolanas en el narcotráfico y el terrorismo debe ser expuesta y castigada. Las sanciones administrativas son un comienzo, pero no son un sustituto para las largamente esperadas acusaciones judiciales y procesamientos públicos. Mientras tanto, el Senado le debería de decir a Kerry que el intercambio de embajadores con un narco-Estado es inaceptable.

Chávez pronto será historia. Sin embargo el próximo Secretario Kerry y sus colegas tendrán que desmantelar las bombas de tiempo que su régimen ha plantado en el hemisferio.

Roger Noriega  fue subsecretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de Estados Americanos en la administración del presidente George W. Bush (2001-2005) y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute

 

http://interamericansecuritywatch.com/john-kerry-y-las-amenazas-post-chavistas-en-venezuela/