José Ignacio Moreno León: Gandhi, apóstol de la resistencia pacífica y de la paz

En nuestro caso, el 23 de enero de 1958, luego de 10 años de valiente resistencia liderada por los partidos políticos y de dos huelgas universitarias, la sociedad venezolana, con el apoyo de militares civilistas, logró el derrocamiento de la dictadura militar de Pérez Jiménez. El 24 de enero de 1965 falleció a la edad de 90 años Sir Winston Churchill, uno de los más eminentes líderes políticos y estadistas del siglo pasado, pilar de la democracia moderna y enemigo frontal de los autoritarismos nazi y marxista; suya fue la célebre denominación de “la cortina de hierro”, con la que identificó la férrea tiranía imperialista impuesta en la Unión Soviética a varios de los países de la Europa del Este.  El 15 de enero de 1929 nació Martin Luther King jr., líder de los derechos civiles y de la resistencia no violenta contra la discriminación racial en los Estados Unidos, premio Nobel de La Paz (1964). El 26 de enero de 1930, el partido del Congreso de la India, bajo el liderazgo de Jawaharial Nehru y con el apoyo de Gandhi, proclamó esa fecha como la de la independencia de la India, la cual sólo pudo lograrse plenamente y,  luego de muchas luchas contra el régimen colonial británico, 17 años después. Y fue la noche del 30 de enero de 1948 cuando, un joven extremista hindú puso fin a la vida de Mahatma Gandhi, el prócer independentista y líder pacifista, quien aún a sus 78 años pregonaba activamente por la eliminación de los conflictos religiosos y en contra de la lucha fratricida que enfrentaba, en violentos disturbios, a hindúes y musulmanes, en esa vasta y nueva república que él  tanto había contribuido a liberar.

Fue Gandhi, un abogado, pensador político y líder del movimiento nacionalista, quien logró la independencia de la India, luego de décadas de luchas sociales contra el empeño colonialista del imperio británico, por lo que en varias ocasiones fue encarcelado, a pesar de que su actividad libertaria siempre estuvo signada por un novedoso activismo de resistencia pacífica, sustentado en huelgas de hambre y en la prédica de la no violencia como estrategia para impulsar el esfuerzo de emancipación de su país. De gran relevancia fue su llamado a la resistencia, con la que logró la convergencia de todos los partidos para boicotear la reforma constitucional que pretendió el gobierno británico, en su esfuerzo por mantener el régimen colonial, y por lo cual no se tomaba en consideración la opinión de los nativos; a raíz de este boicot se generó igualmente la histórica huelga de Bardoli, de resistencia al pago de impuestos, y las manifestaciones pacíficas que se extendieron por todo el país contra el monopolio de la sal, que perjudicaba fundamentalmente a los más pobres;   con dichas luchas se logró extinguir ese monopolio y liberar a más de cien mil manifestantes que habían sido encarcelados por las protestas. A través de estas actividades impulsadas por Gandhi se generó el clima político que forzó al Congreso a declarar la Independencia, en un proceso negociado bajo activa presión ciudadana que cristalizó finalmente el 14 de agosto de 1947.
El Mahatma Gandhi fue además un promotor de grandes reformas en la sociedad de su país, luchando por la integración de las castas más humildes y por el desarrollo rural de esa extensa nación. Para él el desarrollo tenía que estar estrechamente ligado a la justicia social, por lo que consideraba necesario armonizar los valores del capital y del trabajo, entendiendo que, en ese proceso, el más débil debía tener las mismas posibilidades que el más fuerte. Gandhi introdujo igualmente el ejercicio de la ética como un valor muy importante en las funciones de gobierno y en la actividad política, lo que tuvo gran impacto en su lucha independentista y en las instituciones de la India libre, dado el clima de corrupción que caracterizaba a la actividad política. Esa prédica de la ética la acompañó siempre Gandhi con su ejemplo personal.
Como gran demócrata y pacifista, Gandhi señalaba que “la auténtica democracia sólo puede originarse en la no violencia” y agregaba que… “la violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Su activismo político y agenda libertaria siempre estuvo signado por su firme defensa de la democracia y su resistencia frente al autoritarismo y la ilegalidad; por ello pregonaba que … “la democracia no está hecha para los que se portan como borregos” y que “…la desobediencia civil es un derecho imprescindible de todo ciudadano…”. Señalando que … “en cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a la dignidad del hombre, ninguna tiranía puede dominarle”.
Ese era Mahatma Gandhi, el apóstol de la resistencia pacífica y de la paz, de quien Albert Einstein dijera: “Quizás las generaciones venideras duden alguna vez que un hombre semejante fuera una realidad de carne y hueso en este mundo”. ¿Será posible que en la convulsionada sociedad de nuestra región, surjan  nuevos Gandhi como genuinos líderes para enfrentar exitosamente las amenazas totalitarias y retrógradas que, en pleno siglo XXI, se ciernen sobre nuestras endebles democracias?
Director General del Celaup
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Publicado en el diario El Mundo (Caracas)