Los fabulosos días de Chávez preso vs los de Simonovis (documento)

La historia es implacable. Les traemos un registro de la entrevista que el hoy finado teniente coronel Jesús Miguel Ortíz Contreras, confinado junto a su par Hugo Chávez Frías en el Cuartel San Carlos bajo el cargo de intento de golpe de Estado el 4 de febrero, concedió a la periodista Laura Sánchez, publicada en el diario El Nacional el 3 marzo 1992, bajo el título: “Las FAN no son ajenas a la crisis nacional”.

Antes de finalizar la entrevista, Jesús Miguel Ortíz Contreras le describe a Laura Sánchez la rutina diaria en la cárcel y que ésta titula con la sugerente frase: “Un día en el Cuartel San Carlos”  (Ver imagen a continuación, vía Victoriano Felizardo)





 

Hace tres días, el el  Comisario Iván Simonovis, sobre quien pesa una condena de 30 años, y el Gobierno le ha negado una medida humanitaria a pesar de que padece un caso agudo de osteoporosis, escribió una carta pública, en la que se refiere a su proceso condenatorio “El vía crucis de mi familia y mío se inició hace más de diez años, primero, dos años de implacable persecución, al que le siguió mi detención. Luego, un oprobioso juicio que culminó con una condena de treinta años de prisión, de los cuales ya he cumplido ocho con dos meses pero, dado las condiciones de reclusión, estos representan veinte años de cárcel

Anadió el Comisario Simonovis “Como ha dicho mi esposa, a Iván Simonovis se le ha venido aplicando una pena de muerte en cámara lenta. Así me siento, pues cada día que pasa es un día menos de mi vida y un día con más dolor, un día más enfermo”

Debido al encierro durante más de ocho años en un calabozo de 3×3 en el Sebin (antigua DISIP), de donde sólo lo sacan para llevarlo a los tribunales donde se realiza el juicio en su contra y media hora cada 30 días para que vea el sol, el Comisario Iván Simonovis por la falta de luz natural sufre de Osteoporosis con graves daños en sus huesos que están a punto de deshacerse y con un grado muy avanzado de ceguera que según los especialistas, en pocos días el Comisario Simonovis podría quedar paralítico y ciego.

Su hija Ivana Simonovis escribió un carta carta pública en enero de este añoSeñores del Estado Venezolano: Esta es la segunda vez que les escribo. No me da pena insistirles. El dolor puede más que la pena. Les juro que ya no puedo más. Ya me cansé de llorar. Estoy agotada. Quiero pedirles de nuevo un poco de clemencia. Ya mi papá, Iván Simonovis, y todos nosotros, su familia, hemos sufrido demasiado. Sufrir cansa. Llorar cansa. Extrañar al padre de uno cansa. Siento que soy demasiado joven para estar tan cansada” y agregó “Mi papá no está nada bien. Su columna está demasiado frágil. Se puede romper sola, sin que nadie la toque. Sus huesos, dice el médico, tienen la edad de un anciano. Sus huesos ya pagaron el doble del tiempo de su condena. Su ánimo también. Y su familia. Sea justa o no su prisión, creo que ya todo es demasiado. Ya todo se ha vuelto inhumano, cruel, excesivo. Señores del Estado Venezolano, una medida humanitaria como la que les pido sería un gesto noble, necesario, hermoso

Comisario Iván Simonovis durante un traslado en el año 2012 (foto archivo)