Emilio Nouel V.: El mundo sin Chávez

Emilio Nouel V.: El mundo sin Chávez

La desaparición física de Hugo Chávez ha servido, entre otros temas, para evaluar el impacto que su figura política tuvo en el entorno mundial, no sólo en el más cercano.

Ciertamente, la actividad de este presidente en el ámbito internacional fue notoria, y todos sabemos el papel que en ello jugó contar con ingentes recursos financieros, sin los cuales hubiera pasado inadvertido.

Y esto lo afirmamos, sin dejar de reconocer sus aptitudes políticas y carisma, que pudieron ser potenciadas, obviamente, por aquella bolsa repleta de dólares, utilizada discrecionalmente para su promoción personal y la de su proyecto político-ideológico.





Sin esa fuente inagotable de dinero, no habría ALBA, ni negocios con Bielorrusia, Irán, Cuba, Argentina, China, Brasil y tantos otros. Ni organizaciones, partidos, periodistas y políticos, que recibieron donaciones generosas, se hubieran convertido en sus propagandistas a tiempo completo.

Sin tales negocios y ayudas, hubieran brillado por su ausencia los apoyos abiertos y/o solapados, los panegíricos desmedidos, el aplauso a sus ocurrencias, las neutralidades benévolas y las tolerancias resignadas. Ciertamente, las opiniones sobre el personaje no hubieran tenido la profusión alcanzada.

Los dineros del petróleo producen sus efectos. En estos días, decenas de artículos, análisis y discursos laudatorios, incluso algunos hiperbólicos y estrambóticos, son producto o bien de interesados y tarifados, o bien del desconocimiento sobre el país desastroso y dividido que dejó el ahora difunto líder. Acertadamente lo dice Bernard-Henri Levy: los funerales de Chávez desencadenaron una explosión de cretinismo político.

Un ministro de Francia que vino a las exequias en representación de su gobierno, ha llegado al insólito extremo de decir que “Chávez es De Gaulle más Leon Blum”.  Y al oírlo, uno respira profundo y se pregunta si esto es una broma o si este señor perdió el juicio. Tamaño disparate quedará para el récord de Guinness. ¿Qué dirá al respecto monsieur Laurent Fabius, Ministro de Exteriores, o los franceses ante tal despropósito?

Pero hay otros, democristianos (Gonzalo Arenas y Héctor Casanueva), que declaran cosas como ésta: “Chávez marcó la vida de la región con una impronta integracionista que buscó fortalecer América Latina y el Caribe frente a los desafíos de la globalización”. ¿Estos señores ignoran que Chávez golpeó a la integración latinoamericana sacando a Venezuela de la Comunidad Andina y del G3? ¿Que no paró de criticar los esquema de integración existentes, proponiendo esquemas que nada de integración contienen como la ALBA, que se agotan en una profusa retórica hueca?

¡Qué fácil sucumben algunos políticos al discurso inflamado y mentiroso de los demagogos!

Es asombroso ver en estos días en nuestro país cómo han convertido a un hombre que hizo todo lo posible por destruir nuestro aparato productivo con sus políticas erradas, que descalabró las instituciones, que sembró el odio y que nos colocó en un camino incierto, en un “campeón de los pobres”, cuando todas sus políticas realmente se dirigen a mantenerlos en la situación precaria en la que están, dando una impresión falsa de bienestar mediante el reparto populista a manos llenas de la renta petrolera.  No hay duda, tienen razón los que dicen que Chávez, al igual que otros gobernantes, prefirió comprar la paz social que construir la Venezuela del mañana.

¿Es él el único que ha hablado de los pobres en nuestro país, que “los puso en el centro de su discurso“? ¿Cuando no ha sido así en la retórica de los demagogos que en el mundo han sido?

Resulta asombroso cómo compran tantas mentiras fuera de nuestras fronteras.

Pero pareciera que así como el reparto y el manirrotismo de renta enloquecido está llegando a su fin internamente, igual pasará con el que han aprovechado en el extranjero.

Llega a término también el estilo estridente de un presidente que desde Venezuela escandalizaba a menudo con sus burlas y payasadas.

Brasil ya no tendrá más a un peón que haga el trabajo sucio con eficacia, vociferando contra el Imperio y los poderes mundiales. Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa no contarán más con la plataforma ALBA. Cristina Kirchner queda descolocada en la región sin el soporte irrestricto de un gobernante compinche. La tiranía cubana seguirá en su deriva hacia la supervivencia, sacando el mayor jugo posible a Venezuela mientras pueda, y a la espera de tomar otros rumbos.

Por su parte, China anda nerviosa con el futuro de los negocios que tiene en nuestro país.

Es de esperar que poco a poco se irá desvaneciendo esta imagen internacional forjada a punta de petrodólares, y a los venezolanos no nos quedará otra que seguir combatiendo a lo interno, entre otros asuntos, la pretensión de convertir en un santo a un personaje que tanto daño causó a nuestra Patria.

 

EMILIO NOUEL V.

@ENouelV

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